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Veintidós ballenas piloto han muerto este jueves al volver a quedar varadas en una playa de Nueva Zelanda, un día después de que fueran liberadas y devueltas al mar con la ayuda de socorristas, según las autoridades.
Estas ballenas, también denominadas globicéfalos por su cabeza con forma abombada, pertenecían a una manada de varias decenas que había encallado el martes de noche en Ohiwa Habour, en la región de Bay of Plenty. Catorce de ellas murieron y el resto fueron sacrificadas, explicó el Ministerio de Protección del Medio Ambiente.
Desde el martes, han muerto en el lugar un total de 58 cetáceos. Los socorristas esperaban que las ballenas liberadas regresaran a alta mar, dijo Darren Grover, miembro de la asociación Project Jonah. "Tras el éxito de ayer, fue un triste final", señaló. "Cuando estos magníficos animales se encuentran fuera de su hábitat natural sufren un fuerte estrés", añadió.
Este tipo de accidente es común en Nueva Zelanda, sin que los científicos hayan encontrado aún una explicación clara al respecto.