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Soñar es una prerrogativa que posee el ser humano, tiene quever con desear un mundo mejor para él y para los demás. Si nos circunscribimosa la arquitectura, pensadores, ciudadanos y arquitectos, han desarrollado su capacidad para imaginar, sentiry, posteriormente, construir en el espacio, lugares capaces de albergarsociedades igualitarias y libres, y que propiciaran bienestar a sus moradores. La última fase, la dela construcción, requiere una voluntad política y una fuerte inversióneconómica, lo que no siempre ha sido posible. "El ser humano habita poéticamente sobre la tierra", escribíaHölderlin. Esa querencia de un habitar poético ha impulsado el diseño, tantosobre el papel como sobre el terreno, de diferentes ciudades ideales outópicas, desde los griegos hasta nuestros días. La Escuela de Atenas
Empecemos haciendo unbreve recorrido por el pasado, por distintas ciudades ideales, construidas o no.Vayamos, en primer lugar, a la GreciaClásica donde ya Platón yAristóteles , cada uno a su manera, tuvieron su particular concepción de laciudad ideal. El primero pensaba que el espacio condiciona la vida de laspersonas que lo habitan mientras que, para el segundo, el espacio esindependiente de las actividades que contiene. Sus ciudades utópicas respectivas, pertenecen al territorio del pensamiento y en sus reflexiones se hace patente una intención filosófica más quearquitectónica, al no pretender delinear proyectos edificables. Ambos parten de ciudades creadas más alláde una mera intuición divina, estableciendo que el ciudadano ha de ser laprioridad fundamental del lugar donde va a vivir, trabajar, descansar, relacionarse y participar en la comunidad. Aristóteles entiende la "polis" como una entidad cultural y no entérminos formales. Y al ser humano lo considera como un sujeto social. Lo que al individuo le hace merecedor deltítulo de ciudadano no es tanto el hecho de habitar en un lugar determinado, sino el uso de la palabra cuando participa en la asamblea, y por ende en elgobierno de la ciudad. Esta participación sólo les es permitida a losvarones nativos y libres, excluyendo a los esclavos, mujeres y extranjeros.Justifica, tal criticable exclusión, afirmando que las jerarquías sociales sonnecesarias para el bien común que antepone siempre al bien particular.
En el Renacimiento se vuelven los ojos hacia Platón y los clásicos. Filarete Realiza el diseño -noconstruido pero sí origen de muchas ciudades defensivas posteriores- de la ciudad ideal de Sforzinda , recogidanada menos que en veinticinco volúmenes. Su ciudad imaginaria está diseñada enforma de estrella de ocho puntas e inscrita en un foso exterior circular. Elorden y la geometría se oponen al caos y al abigarramiento de las ciudadesmedievales. Filarete compara Sforzinda con el cuerpo humano y creeque debe de funcionarcomo un organismo comunitario, ajustarse a los deseos y a la felicidad de sushabitantes. Sus edificios deben de cumplir con los tres valores esenciales deVitrubio: firmeza, belleza y utilidad .En el centro de la ciudad se sitúanla iglesia y el mercado. El intercambio comercial de bienes ha sustituido a laparticipación asamblearia de los griegos, aunque el poder divino permanece através de la iglesia . Amaurota de Tomas Moro
No podemos dejar demencionar la ciudad de Amaurota , enla isla de Utopía, del inglés Tomas Moro . Una ciudad amuralladasituada en la ladera de una colina, bañada por dos ríos, con edificioselegantes y limpios en los que cualquiera podría entrar. Todas las viviendasposeen jardines cuidados con esmero, "contanto esmero que nunca he visto nada semejante en belleza y fertilidad, " escribíaMoro. Nada se considera privado, las viviendas se intercambian una vez cadadiez años, las clases han sido abolidas así como el poder del dinero, aunquepersisten los criados, y las mujeres son las que se encargan de las comidascomunales. Un clásico dentro de lasciudades ideales, ejemplo de bienestar y perfección y, por supuesto, inmersadentro de las contradicciones de su tiempo
. Ledoux: Las Salinas de Chaux
En la Ilustración existe unagran incertidumbre sobre el camino a seguir. Lo que parece claro es que loanterior ya no es válido. Nada más explícito del estado de ánimo de esa época, que la exclamación del Hyperion de Hölderlin: "No somos nada. Lo quebuscamos lo es todo". Ledoux junto con Boullé y Piranessi, son los arquitectos visionarios del futuro, anticipándolo en sus ideas ydibujos. Así Ledoux, en su ciudad ideal construida en las Salinas deChaux, fábrica a su vez de extracción de sal, pretende vincular la fuerzade la naturaleza con el genio creador del individuo, siguiendo las enseñanzasde Rousseau. La ciudad tiene forma semicircular de 370 m. de diámetro, con la casa deldirector en el centro del conjunto. Esta casa posee un gran frontón en forma deperistilo, imponiéndose así el establecimiento de un orden y de una jerarquía.Alrededor, las casas de los obreros, situadas en el límite que las separa delcampo. Y más cercanos aún a la naturaleza, los edificios de uso común, dereunión y de comercio. La idea era compaginar el ocio, el desarrollo de lamoral y la división del trabajo. Incluye también las instalaciones técnicas de extracción desal y una serie de canales que la distribuyen al exterior. Una ciudad que nollegó a terminarse -por el inicio de la Revolución Francesa- cuyo objetivo eraque los obreros pudieran trabajar, ser felices y armonizar su vida con elentorno. Siempre controlados, eso sí. Endefinitiva, Ledoux deseaba una ciudad mejor para una sociedad mejor, aúnpaternalista y jerárquica. Chaux fue en parte precursora de los falanasteriosdel siglo XIX, todavía sin la noción delsocialismo utópico, término acuñado por Engels.
Los falanasterios eran comunas ruralesdiseñadas por el imaginativo Fourier , en las que se trabajaría de forma lúdica y atractiva y las ganancias secompartirían entre todos. Previamente Fourier había realizado una críticadespiadada de la sociedad en la que vivía y, especialmente, de su economía . Lo fundamental de losfalanasterios era que cada individuo pudiera trabajar de acuerdo con suspreferencias sin existir un concepto claro de propiedad. Todo estaba regulado, incluso el comportamiento de losciudadanos, incluyendo las relaciones de familia, el amor y el sexo. Y los planos del conjunto diseñadoshasta el último detalle. Todo pensado para una vida para ser vivida con elmayor de los placeres, las mujeres liberadas de sus desigualdades yemancipadas, cuestiones todas ellas muy avanzadas para la época. Sostenía que entre las personasexistía una fuerza de "atracción pasional", algo así como una fuente dearmonía, fuerza capaz de transformar el trabajo de los asalariados en algoagradable . Nunca llegó a construir su comuna o ciudad ideal, siempre a la espera dela financiación de algún filántropo, aunque posteriormente a su fallecimiento, se realizaron algunos modelos que no llegaron a funcionar.
Falanasterio de Fourier
Nos hemos acercado unpoco a algunas de las ciudades ideales más importantes, construidas o no, a lolargo de la historia de la civilización occidental. Existen muchos elementos encomún: una planificación ordenada ycercana a la naturaleza, casi siempre siguiendo las reglas de la simetría, elestablecimiento de clases sociales, respeto al ciudadano y a su forma de vidaasí como un deseo de bienestar y de felicidad. Parten de una crítica radical, no siempre explícita, de la sociedad en la que se desenvuelven, de la ciudad enla que habitan y de las prioridades establecidas para el desarrollo de lapersona.