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En un mercado saturado de producto como el de hoy en día, es imprescindible utilizar valores de estilo de vida para vender más prendas que la competencia
No es nada nuevo que nos encontramos en un punto en el que el mercado de la moda está saturado de producto. Sólo hace falta echar un vistazo a la oferta de las cadenas de los grandes grupos textiles para darse cuenta que, al basarse exclusivamente en las tendencias, la oferta se repite ligeramente modificada. Estos últimos años ha sido la fiebre por Isabel Marant, anteriormente fue Balmain y parece que ahora toman fuerza las propuestas de Céline, Alexander Wang y Saint Laurent como sustitutas de la fiebre por la estética bohemia y multicultural de la diseñadora Francesa.
En esta sociedad hiperevolucionada en términos de consumo, donde tenemos al alcance de un click todo cuanto podamos desear, las firmas que presentan unos mayores crecimientos son aquellas que están haciendo lo que Ralph Lauren hizo magistralmente desde sus comienzos, mostrando junto con su familia la posibilidad de realización del sueño americano: atacar al eslabón más alto de la pirámide de Maslow, a todos esos valores que hacen a un ser sentirse autorealizado, único individuo dentro de un grupo del que se forma parte y por el que se siente valorado: reafirmar la identidad individual dentro de un grupo social.
Las firmas que presentan unos mayores crecimientos son aquellas que atacan al eslabón más alto de la pirámide de Maslow: reafirmar la identidad individual dentro de un grupo social
Sólo hace falta entrar en tiendas como Brandy and Melville, cuya oferta de producto es de un 99% básico a un precio en torno a un 15% por encima de la competencia y ver los suspiros que despierta entre las más jóvenes para detenerse y preguntarse el porqué del éxito de esta firma. Haciendo un análisis en sus canales de comunicación y redes sociales, vemos que atacan a un estilo de vida de playa y diversión. Cuerpos bonitos tostados al sol en las costas californianas que disfrutan de la dolce vita: amor, amistad, vida al aire libre... Todos los valores y estilos de vida grabados a fuego en el imaginario común adolescente. También podemos fijarnos en Michael Kors, cuyos valores más trabajados son el éxito, la calidad de vida y el glamour, valores mucho más asentados en las aspiraciones vitales de mujeres de edad más avanzada, pero no por ello menos importantes.
¿Cuál es entonces el denominador común de estas dos firmas y de muchas otras que están ganando fieles adeptas todos los días? el haber entendido que cuando una mujer, sea de la edad que sea, adquiere un objeto, no sólo paga por la prenda en sí, sino por poseer alguno de esos valores y estilos de vida relucientes. Me atrevo a afirmar sin ningún miedo que la única manera de destacar en este mercado saturado de oferta, es a través de la creación de unos valores fuertes, coherentes y estables que perduren en la estrategia de comunicación de la marca, aunque esta se adapte a los tiempos.Vestir a la marca de valores, haciendo soñar con estos al consumidor final.