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Todo sobre las ventajas de vivir entre las montañas. Tips. Consejos. Ayudas
Cada espacio que habitamos viene relacionado con nuestra psicología personal. También nos puede definir notablemente, así lo deseemos o no. Para muchas personas esto está muy claro. Pero a otras se les hace un tanto más complicado saber qué tanto puede definirnos una localidad en lugar de otra. Quien vive en la playa se comporta de distinta manera de quienes viven en las montañas. Estos últimos tal vez posean mayores ventajas que los otros.
La psicología de las montañas
No son pocos los pensadores que consideran que mientras más adentrados estemos en la naturaleza de un lugar, más probable será que ese lugar acabe por definirnos. Por ejemplo, hay quien considera que la vida cercana al mar nos llena de un mayor dinamismo psíquico.
Tal vez sea Jung el psicólogo y filósofo que más páginas le ha dedicado al asunto. Sin la ayuda de Jung es probable que muchas cosas hubiesen restado en el olvido, sobre todo esas que están relacionadas en cómo nos relacionamos con nuestro entorno.
El frío, la imponencia
Para entender todo esto, basta que recordemos nuestras contemplaciones entre las montañas: resultan imponentes, por su altura, por lo difícil que nos sería vernos allí. Sin embargo, es una posibilidad y un deseo que no solo se pueden colmar. También nos enseñan que no hace falta sufrir mucho para apreciar la obra de la naturaleza. Está cerca de nosotros.
Con todo, otra de las potencialidades de ir, estar y disfrutar una montaña es el frío que ella nos da. Son lugares en los que el calor no tiene sitio y en los que nos encantaría estar en todo momento. Lo primero que sentimos en ellas es que el frío nos hace querer estar en compañía y resguardados, como un carro con seguro para carro. Toda una fortuna para todos nosotros.
Posibilidades de vivir en las montañas
Hay muchas posibilidades que ganamos al vivir entre montañas. La más especial es esa que nos dice que para vivir de las montañas, tendremos antes que aprender a habitarlas. No es un asunto difícil de conseguir, pero tampoco es sencillo. No todos son bendecidos con esa fortuna.
Así, se hace visible que para quienes viven en las montañas tendrán a disposición una enorme voluntad psíquica, unos tan grandes como genuinos deseos de grandeza pensativa. Y no en todos los lugares de la geografía la humanidad ha levantado tantos pensamientos como con las montañas.