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Una agencia inmobiliaria en Lisboa vende por 5, 5 millones de euros (unos 7, 4 millones de dólares) la casa en la que el dictador António de Oliveira Salazar vivió durante cuatro años.
La agencia destaca el "enorme potencial" del terreno de 1.410 m2, cerca del centro de Lisboa. Es este terreno, "y no el edificio en sí", el que justifica el precio de venta, indicó el promotor.
La aclaración era necesaria, porque lo que fue una casa de tres pisos no es más que una fachada en ruinas, llena de pinturas, en la que la agencia inmobiliaria ha colocado un cartel de "se vende". Unas ramas de árbol atraviesan las ventanas sin cristales. Tan solo las molduras que adornan la fachada recuerdan el pasado prestigioso de la mansión, donde ahora se colocan los cuervos.
La mansión sin duda fue en su día lujosa. Salazar la eligió en 1933, cuando acababa de convertirse en presidente del Consejo, para que fuera "coherente con la dignidad de su función". Ese mismo año, instauró su régimen, el Estado Novo.
El dictador abandonó la mansión en 1937, tras haber escapado por poco a un atentado. Luego, decidió la creación de una residencia oficial para el jefe del gobierno, el palacio de Sao Bento. Salazar permaneció hasta su muerte, el 27 de julio de 1970, en esta residencia, que todavía hoy sirve de residencia del primer ministro portugués.