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Uribe: de Buñol a Bariloche

30/08/2009 23:40 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

El presidente colombiano aparentó haber sido sacado de la tomatina de Buñol para ir a sentarse -un poco fatigado, diremos- en Bariloche

El presidente colombiano aparentó haber sido sacado de la tomatina de Buñol para ir a sentarse -un poco fatigado, diremos- en Bariloche. Y es que el antecedente a la Cumbre Extraordinaria de mandatarios de la Unasur en la ciudad argentina traía al escenario político uno de los debates más importantes sobre la estabilidad democrática de la región en su proceso de integración: el acuerdo de instalación de las siete bases militares norteamericanas en suelo paisa.

Para esto el gobierno de Bogotá vino/viene afrontando fuertes críticas de la prensa especializada de Colombia sobre el manejo de los términos del Convenio armamentista, y claro además de esto: la posición de los mandatarios en la cumbre, en contra de tal decisión. Le dijeron de todo. Y a EE.UU., culparon de todos nuestros males postcoloniales. Parecía inoportuno, pero no es para menos. Es público que el 33% del rubro de recaudación tributaria del presupuesto estatal norteamericano está destinado a temas de defensa nacional y al financiamiento de la doctrina miliciana del “ataque preventivo”.

Pero Uribe también lanzó sus tomatazos. Renovó su acusación de intervencionismo venezolano y de complicidad con las FARC al presidente Chávez

Ésta denominada prevención justificó la invasión a suelo iraquí con el pretexto de la inminencia de las armas de destrucción masiva. Los resultados de la búsqueda pusieron al gobierno de Bush en ridículo, pues nunca se encontró nada. Entonces, no se crea que la tensión coyuntural sea solamente la lucha contra el narcotráfico bajo la asistencia del gobierno de Washington, como se ha hecho creer; sino la influencia armamentista -y en últimas, político/ideológica- que el poder del país norteamericano viene acrecentando después de influir durante décadas en los gobiernos de su dizque patio trasero.

Pero Uribe también lanzó sus tomatazos. Renovó su acusación de intervencionismo venezolano y de complicidad con las FARC al presidente Chávez, lo que sugiere un tratamiento -no solamente académico- de las nuevas corrientes integracionistas que apuntan a trabajar desde la noción de soberanía regional y no nacional (localista) a la que recurre Uribe para justificar su decisión y la de su gobierno de suscribir el convenio, sino de argumentar sobre su propia guerra preventiva en Latinoamérica, lo pone a los países vecinos en una posición tirante de convertirse en zona de permanente beligerancia y de destrucción masiva, seguramente. Tomates van, tomates vienen.

Le dijeron de todo. Y a EE.UU., culparon de todos nuestros males postcoloniales. Parecía inoportuno, pero no es para menos


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Autor:
Gabriel Hidalgo Andrade (384 noticias)
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