Teatrikando

Twisted broadway, show cabaret masculino

Es un montaje que equilibra el glamour, vestuario, música, coreografía, magníficas voces, con la creatividad necesaria. Y, con buen resultado, pues la mayor parte de las escenas fueron aplaudidas.

El guion es pequeñito, apenas lo suficiente para justificar hora y media de show. Por cierto, dicen que van a aparecer strobolights y nunca las vimos, tal vez cortaron su aparición, o una escena donde nos hacían ver los fulgores de algún foco exorbitante, que debía flashear un rato.

Cierto es que nadie ha tenido experiencias exitosas de amor al cien por ciento, lo que podría ser una línea narrativa, hacen una encuesta en la segunda parte del show, ¿Cuántos años lleva ud. Con su pareja? Cuarenta le contestan y hay ahí un gran aplauso, no contesta con gran claridad cuando le inquiere si ha tenido que ceder algo en su romántica vida. Este es el espíritu del espectáculo que aprovecha la música de Cabaret y Chicago, entre otras que no reconocí, pero que son trece obras de las que sacan el ensamblado, para irnos platicando del amor, desamor, poliamor, entre un hombre y una mujer; entre dos hombres o mujeres, lo mismo da.

En eso les damos la razón, el que dice que es exitoso en cien por ciento de sus ligues, pues les admiramos lo mismo que le decimos, que mentiroso. El fracaso en algunos intentos hacen más entretenida la vida y los affairs que si se realizan.

Cierto es que nadie ha tenido experiencias exitosas de amor al cien por ciento

Los vestuarios son muy agradables a la vista, tanto de las dos mujeres que participan, que los casi veinte hombres, que con poca ropa, así hacen las delicias coreográficas de este vistoso trabajo. Realmente es un montaje que podrían ver niños porque no hay malas palabras ni imágenes terribles…      

Se lucen en los solos vocales, así como los duetos que hacen. Participan en el elenco: Luis René Aguirre, Elías Ajit, José A. López Tercero, Antonio Arjonilla, Santiago Almaraz, Jonatan Casares y Pablo Papacostas. López Tercero, esta espléndido, hoy como hace veinte o más años cuando le vimos el Fantasma de la Opera.

En cuanto a los bailarines, están muy bien técnicamente casi todos, disimulan perfectamente al que no tiene buena técnica y lo mandan al final de la formación coreográfica. Hay que hacer notar la creatividad de la coreografía, que le vemos algunos detalles fuera de lo común. Misma creatividad que aplica al vestuario, donde quizá hay algo menos es en el guion que podía haber tenido un poco de más carnita literaria para crear escenas cómicas o dramáticas. Por eso le llaman simplemente show cabaret masculino.

Ricardo Díaz es el director del trabajo escénico, además, ha tenido varias ideas escenográficas muy interesantes (desconozco el nombre de quien las pensó) Véalos en el Silvia Pinal viernes de cada semana, en horarios convencionales.

Es un montaje que equilibra el glamour, vestuario, música, coreografía, magníficas voces,