En mi pueblo es común responde un saludo diciendo que estamos en la lucha, dando a entender que a pesar de las dificultades aún estamos de pie. Esa es una realidad en la vida siempre estamos con un combate y no podemos evadir nuestros desafíos, tampoco podemos asignarselo a otro, es la suerte que me ha tocado y solo nos queda tirar palante.

El ring de la vida tiene sus cuerdas y lonas, muchas veces oponentes que pesan más que nosotros y con manoplas escondidas, otras veces percibimos que los árbitros no están a nuestro favor, si nos quejamos mucho nos descalifican, entonces solo nos queda pelear, aunque con miedo, muchas veces deshidratados, pelear es la opción, retroceder es perder, mirar atrás es perder, podemos gritar, pero peleando, podemos sangrar, pero peleando, con sudor en todas las coyunturas, pero peleando.

Todos hemos conocido la derrota, pero volvemos a la batalla

Todos nos hemos sentido alguna vez en la esquina roja casi noqueados, a todos alguna vez nos han dado una patada voladora, a mí me han tumbado varias veces, he visto estrellitas dando vueltas, más he aprendido a respirar profundo, a contar por dentro, pensar y reflexionar que no somos invencibles, no somos invictos. Hay momentos del combate que solo sirven para ver con quién contamos en la esquina, no siempre tirar golpe te ayuda a ganar, el mejor ataque es una buena defensa.

Cuando nos estrallan en la tierra, solo queda luchar para no caer abajo, cualquiera cae, pero abajo está perdiendo, muevete, cocotea, resbalate, suéltate y lucha para que no te cuenten tres, mientras estés conciente pelea y no te detengas, nadie cree que puedes levantarte, pero tú si, pues levántate y pelea, muy pocos apuestan a ti, pero tiene corazón de león, levántate y pelea, eres campeona.

En los momentos duros de la vida, levántate y pelea