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Queremos vivir pacientes con enfermedades crónicas y terminales se encadenaron el miércoles frente a la farmacia de alto costo del Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS), localizada en Los Ruices
Betania Franquis
Con la consigna Queremos vivir pacientes con enfermedades crónicas y terminales se encadenaron el miércoles frente a la farmacia de alto costo del Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS), localizada en Los Ruices, para protestar contra la escasez de fármacos. Francisco Valencia, presidente de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida), indicó que entre los afectados están quienes padecen mal de Parkinson, hemofilia, cáncer de mama, lupus y esclerosis múltiple. Indicó que la carencia de Myfortic y ciclosporina perjudica a más de 3.500 trasplantados que dependen de estas medicinas para asegurar expectativas de vida. Valencia señaló que la escasez de medicinas se ubica en 85% y que en el país hay 4.000.000 de personas enfermas sin recibir tratamiento. Responsabilizó a Tarek William Saab ante la alarmante situación, debido a que compromete el derecho a la vida. “Defensor del pueblo, usted es un sinvergüenza, usted nunca ha dado una declaración con el tema de la salud”.
Pacientes renales señalaron que ante el grave déficit de insumos los trasplantes fueron paralizados y que en lista de espera se encuentran al menos 5.000 pacientes. Katherine Martínez, representante de la ONG Prepara Familia, que brinda apoyo en el hospital J. M. de los Ríos, explicó que la escasez de reactivos es de 97% en el centro hospitalario. No hay ni siquiera para hacer exámenes de orina, afirmó. Al enterarse de la protesta, Carlos Rotondaro, presidente del IVSS, se pronunció vía Twitter. Considera fuera de lugar las exigencias del presidente de Codevida, luego de que el Seguro Social le entregara el tratamiento correspondiente. Ante esto, el activista admitió que en horas de la mañana retiró sus medicamentos, mientras añadió que su esposa, paciente trasplantada, no recibió los suyos. No puedo negar que a mí me lo dieron, pero mi esposa tiene un tratamiento distinto y el de ella no hay, respondió. Un grupo de personas con enfermedades crónicas y de representantes de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida) protestó este miércoles frente a la sede del Instituto Venezolano del Seguro Social (IVSS), ubicado en Los Ruices, a fin de exigir medicinas en la farmacia de alto costo que allí está. Bajo la consigna “queremos vivir”, los pacientes se encadenaron, como protesta simbólica, a objeto de denunciar la grave situación que enfrentan al no poder recibir los tratamientos adecuados para sus enfermedades.Entre los manifestantes se encontraban varias personas procedentes del interior del país, así como madres del hospital JM de los Ríos, centro de salud infantil. Exigimos derecho a la salud de nuestros hijos. ¡Basta ya!, se leía en sus pancartas. El grupo exigía la presencia del presidente del IVSS, Carlos Rotondaro, así como del defensor del Pueblo, Tarek William Saab, quienes nunca llegaron. Luego, de una hora de protesta se trasladaron hasta la avenida principal de Los Cortijos y posteriormente volvieron hasta la farmacia de alto costo.
Pacientes renales señalaron que ante grave déficit de insumos, trasplantes fueron paralizados, en lista de espera se encuentran al menos 5.000 pacientes
Al respecto, el presidente de Codevida, Francisco Valencia, quien es transplantado, emplazó al presidente del IVSS a dar respuesta a los pacientes. El señor Rotondaro sabe que cada minutos que estamos bajo el sol se deteriora nuestra salud, así que espero que esté consciente de que debe respondernos para evitar consecuencias graves, indicó. Refirió, además, que las mujeres con cáncer tienen seis meses sin recibir medicinas. Hay fallas en dos medicinas muy importantes para los trasplantados que afecta a más 3.500 personas en todo el país: el myfortic y la ciclosporina, agregó. Rotondaro le respondió a Valencia a través de la red social Twitter y señaló que estaba fuera de lugar que protestara por falta de medicinas cuando el Seguro Social le había entregado su tratamiento en la víspera.