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TRASTORNO DE PANICO: CARACTERÍSTICAS, SINTOMAS, PREVALENCIA Y TRATAMIENTO
La característica fundamental del Trastorno de Pánico es la presencia de crisis recurrentes, inesperadas, espontáneas y que no se relacionan con ninguna circunstancia en particular, sin un factor externo que las desencadene. Es miedo al miedo y se lo denomina Ansiedad Anticipatoria. La persona es ganada por el temor persistente de padecer una nueva crisis de pánico.
No responde a una exposición a una situación social (como es el caso de la fobia social) o frente a un objeto temido (en cuyo caso se trataría de una fobia específica ).
También pueden aparecer síntomas de tipo depresivo, miedo a salir o alejarse del hogar o necesidad de hacerlo acompañado por una persona muy cercana a sus afectos, por ejemplo un familiar.
Quien sufre de pánico, suele sentirse muy hipersensible y vulnerable. Este tipo de trastorno es tan traumático de experimentar que quien lo padece suele cambiar en forma brusca y desfavorable sus hábitos de vida: no querer salir solo de la casa o viajar, retraimiento social, abandono de sus actividades laborales o académicas.
Síntomas
-Miedo intenso a morir o a estar sufriendo un ataque cardíaco o alguna enfermedad física grave que ponga en riesgo la vida.
-Miedo intenso a perder el control de si mismo.
-Palpitaciones (percepción del latido cardíaco) o pulsaciones aceleradas (taquicardia).
-Sudoración.
-Palidez.
-Temblores o sacudidas musculares.
-Sensación de ahogo o falta de aire.
-Opresión en la garganta (sensación de no poder respirar) o en el pecho.
-Náuseas, vómitos o molestias y dolores abdominales.
-Inestabilidad, mareos o desmayos.
-Sensación de irrealidad (sentir al mundo externo como algo extraño).
-Sensación de no ser uno mismo (despersonalización).
-Hormigueos (parestesias).
-Escalofríos o sensación de sufrir frío intenso.
Las crisis se inician bruscamente, alcanzan su máxima intensidad en los primeros 10 a 15 minutos y suelen durar menos de una hora. Dejan a quien las sufre en un estado de total agotamiento psicofísico y con un gran temor (ansiedad anticipatoria) a volver a padecer otro episodio igual.
Muchas veces la persona tiene la necesidad de "salir corriendo" del lugar donde se encuentra o de consultar urgentemente a un médico en el caso que crea que se esta muriendo de verdad. Si esta crisis se experimenta por primera vez en un lugar determinado, un tren o autobús por ejemplo, lee queda el temor a ese medio de locomoción, desarrollándose de este modo una fobia al mismo.
No es locura
Este trastorno se lo clasifica dentro de las neurosis, no tiene nada que ver con la locura (psicosis), ni desencadena con el tiempo en un cuadro de locura. Es importante recalcar esto ya que muchos pacientes y sus familiares piensan que se están volviendo locos.
Lo que sí es frecuente es que las personas con pánico generen, si no son tratados a tiempo y adecuadamente, cuadros depresivos, fobias múltiples (especialmente agorafobia -miedo a espacios abiertos y concurridos-) o abuso de sustancias (alcohol o drogas).
Tratamiento
Existen varios tratamientos que incluyen diferentes medicamentos eficaces y psicoterapia cognitiva-conductual. Una combinación de psicoterapia y fármacos da buen resultado en más o menos corto tiempo. Por lo tanto, un tratamiento adecuado puede prevenir ataques posteriores o hacer éstos menos severos y frecuentes, lo que trae consigo un gran alivio al 70 o 90 por ciento de las personas que padecen el trastorno.
Además, los pacientes pueden necesitar tratamientos para otros problemas emocionales. La depresión se asocia asiduamente con los trastornos causados por pánico de la misma manera que el abuso del alcohol o de drogas.
Prevalencia
La prevalencia del Pánico se sitúa entre el 1, 5 y el 3, 5% de la población. Entre un tercio y la mitad de los individuos diagnosticados presentan asimismo Agorafobia ( temor a los espacios abiertos y concurridos más la ansiedad de no saber si recibirá ayuda), si bien esta última puede observarse todavía más frecuentemente en la población general.
Curso
La edad de inicio del trastorno varía considerablemente; si bien lo más típico es que el inicio tenga lugar entre el final de la adolescencia y la mitad de la cuarta década de la vida, lo que indica una distribución de tipo bimodal, con un pico de incidencia al final de la adolescencia y otro pico de menor entidad en la mitad de la cuarta década.
Un número reducido de casos puede iniciarse en la segunda infancia, y el trastorno puede aparecer en mayores de 45 años. Las descripciones retrospectivas que efectúan los individuos visitados en los centros asistenciales sugieren que el curso típico es de carácter crónico, con altas y bajas. Algunas personas presentan brotes episódicos separados por años de remisión, mientras que otras adolecen permanentemente de un cuadro sintomático intenso.
Algunos individuos manifiestan que disminuyen la frecuencia de las crisis evitando exponerse a ciertas situaciones. Los estudios de seguimiento efectuados en personas tratadas en centros de asistencia terciaria (en los que puede haber un sesgo de selección de los casos con peor pronóstico) sugieren que, al cabo de 6-10 años de tratamiento, cerca del 30% de los individuos se encuentra bien, entre el 40 y el 50 ha mejorado, pero sigue con algunos síntomas, y el 20-30% restante sigue igual o incluso peor.
Herencia
Los parientes de primer grado de individuos con Trastorno de Pánico tienen entre cuatro y siete veces más probabilidades de presentar este trastorno. Los estudios con gemelos indican una influencia genética en la aparición de laenfermedad.
Referencias Bibliográficas:
- Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4° edition (DSM-IV TR). American Psychiatric Association. American Psychiatric Press, 2000.
- Kaplan and Sadock's Synopsis of Psychiatry, 9° edition. Lippincott Williams & Wilkins Press, 2003.