< !– @page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } – >

Los dueños de los perros están convencidos de que sus mascotas les hablan. El traductor Bow-Lingual les ayuda a interpretar lo que tratan de decir. Fue inventado por un veterinario japonés después de grabar miles de ladridos de distintas razas de perro. Los análisis le llevaron a clasificar los sonidos en 6 emociones: feliz, triste, frustrado, necesitado, enfadado y enérgico. Con esto, creó el primer sistema de análisis de emociones animal que se tradujo en el Bow-Lingual.

Para hacerlo funcionar hay que seleccionar la raza del perro de entre 84 disponibles en la memoria (o la que más se le aproxime) y ponerle el transmisor en el collar. El aparato, recogerá y transmitirá los ladridos al receptor inalámbrico y los contrastará con las miles de grabaciones de la base de datos hasta dar con una de las seis emociones que será mostrada en la pantalla mediante un icono facial. Esto irá unido a una expresión apropiada como "juega conmigo", "estoy triste" o "es divertido".