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Los kurdos de Irak cumplieron un viejo sueño con la toma de la ciudad petrolera de Kirkuk, que entre los árabes y turcomanos de este enclave multiétnico genera preocupación.
Las fuerzas kurdas tomaron el 12 de junio el control total de esta ciudad y otros sectores en disputa en esta zona situada a 240 kilómetros al norte de Bagdad, para protegerla de un posible asalto de los 'yihadistas' suníes del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL) y en un contexto de desbandada total de las tropas gubernamentales.
Ante la retirada de las fuerzas gubernamentales, los peshmergas, principal fuerza de combatientes kurda, se desplegaron alrededor de la ciudad para impedir cualquier avance de los 'yihadistas', quienes ya han tomado otras zonas de la provincia y del país, constató un corresponsal de AFP.
Los hombres del servicio de seguridad interior de la vecina región autónoma del Kurdistán, los 'asayish', reforzaron posteriormente las fuerzas policiales en el interior de Kirkuk. Los kurdos iraquíes desean desde hace tiempo incorporar una parte del territorio, mayoritariamente kurdo, del norte de Irak a su región autónoma. Con la conquista de Kirkuk, dieron un gran paso en este sentido.
- "Cuna y corazón" turcomano -
Sin embargo, los árabes y turcomanos de la ciudad están preocupados por esta nueva situación.
"Nos preocupa el futuro de la ciudad de Kirkuk, tras 10 años de cambios", declaró Mohamed Hasan al Obaidi, de 55 años, vestido con una larga vestidura árabe tradicional.
El hombre destaca en especial las "tensiones nacionalistas y las diferencies políticas" desde que los árabes suníes tomaron el control de zonas en el oeste de la provincia de Kirkuk, mientras que los peshmergas kurdos se hicieron con otras partes del territorio.
Timur Attila, un turcomano de 38 años, también se muestra preocupado. "La cultura turcomana de Kirkuk está en peligro desde que los peshmergas reforzaron su control en la ciudad y en sus alrededores", declaró.
Los turcomanos no viven sólo en Kirkuk, sino también en otras ciudades del norte amenazadas con caer en manos de los insurgentes sunitas árabes liderados por el EIIL. "Estamos muy preocupados y no sabemos que pasará en los próximos días, pero está claro que el futuro de Kirkuk está amenazado", explicó Attila, quien destacó que los turcomanos iraquíes consideran esta ciudad como "su cuna y su corazón". "¿Cómo podemos aceptar que Kirkuk forme parte de la región" del Kurdistán, cuando "hemos aprendido de nuestros antepasados que Kirkuk es turcomana?", se preguntó.
La inestabilidad ha provocado también penurias en la ciudad, donde las estaciones de servicios cuentan con largas colas y donde los habitantes padecen cortes de suministro eléctrico doce horas al día.
Según el propietario de una tienda en un mercado del centro de la ciudad, las ventas cayeron un 70% la semana pasada y los habitantes se quejan del aumento del precio de los alimentos básicos. El gas, por ejemplo, duplicó su tarifa.
Sin embargo, para los kurdos de la ciudad, la presencia de los peshmergas tranquiliza. "Los peshmergas no representan ninguna amenaza para la seguridad de Kirkuk. Vinieron a defender la ciudad y sus instituciones contra los terroristas", declaró Aras Mohamed Hamed, kurdo de 54 años, quien aseguró que las fuerzas kurdas volverán a sus cuarteles cuando pase el peligro.