La Liga para la Liberación de Solana (SLL Solanan Liberatio Liik), banda armada e ilegal de tipo comunista, ha vuelto a ocasionar disturbios en el barrio de Arauttír de la capital nacional.

Varios rebeldes armados con cócteles Molotov y armas cortas se han atrincherado en la azotea de un edificio de la isla-barrio de Arauttír y han disparado en numerosas ocasiones, causando daño a cinco transeúntes y a dos policías. La zona ha sido inmediatamente aislada por el grupo especial de la policía SPAK (Solanan Pulizijzen Armatti Korp) y se ha mantenido a los curiosos y transeúntes a salvo.

Tras la intervención policial no ha habido que lamentar más heridos, y el equipo médico municipal ha atendido a todos los heridos. Mediante un helicóptero han sido desalojados los rebeldes de la terraza donde se habían atrincherado tras un intenso tiroteo con las fuerzas del orden público. Afortunadamente, no ha habido que lamentar heridos entre los policías.

El presidente Batanen ha manifestado, una vez más, su absoluta repulsa a los grupos armados ilegales que desde la ocurrida Revolución de Libertad en 2005 operan en la ciudad para desestabilizar el proceso democrático. Dichas fuerzas, anarquistas y comunistas unas y neofascistas otras, siguen despertando sospechas de que es la vecina isla de Nhörn, acérrima enemiga de Solana, quien financia sus operaciones ilegales con el objetivo de minar el proceso de reconstrucción democrática de la isla, tan criticado por Nhörn, donde el Presidente de la República Solanesa, Heikki Batanen, acompañado por los ministros Marion Kurtäät y Alekxanter Kosken, mantuvo una entrevista con el presidente nhörniano, J.A.P., en la cual le pidió que retirara su política de financiación de bandas armadas a lo largo y ancho de la isla. El presidente de Nhörn niega categóricamente que esté implicado, él o cualquier miembro de su gobierno, en una trama de financiación ilícita de bandas armadas operantes en territorio solanés, y califica este comentario de “ofensa a su persona y su nación”.

El ministro del interior, Marion Kurtäät, elegido democráticamente tras la revolución de 2005, junto con el ministro de asuntos exteriores Kosken y el ministro de defensa Pori-Ruĉet Hapalasto, ha dejado bien claro que no tolerará un ataque, encubierto o no, de milicias insurreccionales, y aún menos pagadas por el gobierno de Nhörn. Ha añadido que si hay que ir a la guerra para preservar la seguridad del estado, no vacilará ni un segundo en movilizar el ejército.

El presidente nhörniano no ha dado aún una contestación al comentario del ministro, pues se halla en estos momentos en un viaje oficial, pero no va a ser una contestación agradable, eso seguro.