¿Qué es y para qué sirve una batería externa (Power Bank)?

Los dispositivos móviles, smartphones y tablets, forman ya parte insustituible en nuestras vidas. Nos facilitan nuestro trabajo, ocupan nuestro tiempo de ocio... ponen a nuestro alcance de forma cómoda e inmediata un caudal de conocimiento. Tan grande es ya nuestra dependencia de ellos, que uno de los principales problemas a los que se enfrentan sus fabricantes es dotarlos de una autonomía de uso a la altura de las exigencias cada vez mayores de sus usuarios, pero dentro de la limitación que los cánones de diseño actuales imponen en cuanto a tamaño, y sobre todo mínimo grosor de los dispositivos.

Las baterías externas (Power Bank en su denominación inglesa) son pequeños almacenes de energía, que nos permiten dotar de carga en caso necesario a smartphones y tablets. Por su utilidad y aceptación se han convertido, junto con las memorias USB para regalo de publicidad, en el reclamo favorito de empresas y profesionales. Sin embargo, a diferencia de estas últimas, su elección no es del todo universal, y existen varios parámetros a tener en cuenta si queremos que se ajusten a nuestras necesidades.

Capacidad de la batería

Primer aspecto de gran importancia a considerar: la capacidad del power bank. Este parámetro indica obviamente la cantidad de energía que es capaz de almacenar, y en consecuencia el suministro máximo que podrá aportar a nuestros dispositivos.

Aquí es fundamental que tengamos en cuenta nuestras necesidades, determinadas por la capacidad de la batería de nuestros propios smartphone o tablet (o ambos!). Si la capacidad de nuestro power bank es inferior a la de la batería de nuestros dispositivos, nunca podrá ofrecernos una carga completa.

La capacidad del power bank se indica siempre en mAh (miliamperios-hora). Es siempre recomendable contar con una capacidad superior a la estrictamente necesaria, en previsión de que la carga de nuestro power bank, en un momento determinado, no sea tampoco completa. En este punto debemos tener presente el concepto de eficiencia: un power bank de calidad raramente podrá otorgar más del 70% de su capacidad. Un rendimiento del 60% será un cálculo más realista a la hora de tener una previsión del número de recargas que podremos realizar con el.

Es siempre recomendable contar con una capacidad superior a la estrictamente necesaria

Además, estas baterías, dependiendo de su calidad, tienden con el uso a perder capacidad de almacenaje. La capacidad de conservación de carga parece estar en función del tipo de celdas de almacenaje utilizadas y así, las que utilizan Litio-Polímero suelen comportarse mejor que las Litio-Ion.

Puertos de conexión

Si bien la mayoría de modelos de power bank vienen equipados con adaptadores a los diferentes puertos de conexión existentes, es importante asegurarse de que no tendremos problemas de compatibilidad con nuestros dispositivos móviles.

En concreto, para el puerto de entrada (el que usaremos para la recarga del propio power bank), un punto a su favor sería contar con el nuevo USB-C, de conector reversible y que soporta mayores potencias de carga, lo que redundará en una recarga más rápida.

En cuanto a los puertos de salida, además de la compatibilidad mencionada, debemos valorar la presencia de multipuertos, lo que nos permitirá recargar más de un dispositivo a la vez. En momentos de emergencia valoraremos haberlo tenido en cuenta.

Diseño

Finalmente, aunque no menos importante, está el tema del diseño. Tanto la forma como el peso son factores determinantes a la hora de decidirse por uno u otro modelo. Tengamos en cuenta que, para que puedan llegar a cumplir con su cometido en el momento en que son necesarias, debemos llevar con nosotros las baterías externas en todo momento. A tal fin, buscar un formato más cuadrado o más plano, más largo o más compacto, deberá ir en función de nuestra capacidad y medios de transporte.

Un power bank de calidad raramente podrá otorgar más del 70% de su capacidad