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Cualquier empresa puede utilizar los pechos de una mujer como reclamo para vender casi cualquier cosa. Y aquí paz y después gloria porque en España la publicidad sexista no es ilegal. Tampoco existe una directiva europea clara al respecto. Es el caso de una empresa de Riba-Roja que se dedica a comercializar cemento y cuya estrategia de marketing -tan desafortunada como patética- les ha llevado a juicio. Pero no por denigrar la imagen de la mujer, cosificarla y hacer una publicidad chusquera, burda y paleta sino, atención, por competencia desleal.
La empresa valenciana sobreimpresionaba la imagen de una mujer en sujetador en sus sacos y empleaba el busto femenino sin venir a cuento en sus vídeos corporativos, ya retirados de la web.
Saco de Cementos la Unión con una elegante tipografía Comic Sans
El Instituto de la Mujer denunció la situación y el Juzgado 2 de lo Mercantil de Valencia ha aceptado la argucia legal de la competencia desleal. O lo que es lo mismo: emplear como ganchos publicitarios algo ajeno a los bienes que se comercializa.
Éste podría ser perfectamente uno de los casos de publicidad negativa que la activista plástica Yolanda Domínguez persigue. Su último trabajo, el vídeo "Niños vs. Moda" ya ha conseguido casi 500.000 visualizaciones en una par de semanas.
El experimento consiste en que niños de 8 años analicen las fotografías de las marcas líderes de moda y comenten qué les evoca. Mientras que los modelos masculinos parecen "jefes", "superhéroes" y "hombres de negocios", las imágenes escuálidas y desvalidas de las modelos parecen que la chica "está drogada", "tiene hambre", "tiene miedo" o "necesita un botiquín".
El experimento acaba del mismo modo que lo hace este artículo: con una reflexión. Si hasta los niños pueden percibir la imagen distorsionada de la mujer en la moda ¿por qué no se hace nada al respecto?