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No sabe qué es lo que tiene la palabra teta que atrae. Teta. Lo sabe. Teta. Ahora están sonriendo. Sin ir más lejos, han comenzado a leer este artículo simplemente por el titular.
Los pechos de una mujer son sugerentes, hipnóticos, amenazantes. Porque enfrentan a uno mismo a sus pulsiones y tabúes. Y mirarse en el espejo siempre da miedo.
Quizá por eso, las redes sociales pacatas y absurdas censuran todo lo que recuerde a femenino: la belleza de una mujer alumbrando vida -desnuda, claro-, las cicatrices ?las visibles, dice- de una mujer que ha sobrevivido al terror, o, hasta hace poco, las imágenes de madres amamantando.
Está visto que a Facebook no le gustan los pechos. Quizá Zuckerberg tenga conflictos pendientes con su madre, vaya usted a saber.
Foto: Campaña tetas x tetas. MACMA
Aún recuerda la iniciativa Peleas de Tetas vs. Peleas de Perros a través de la cual se quiso poner en evidencia que se cerraría con mayor la celeridad una página de atributos femeninos que una moralmente mucho más pornográfica. Finalmente, y ante la presión social y mediática, se clausuró la página que mostraba sin pudor animales heridos, enfrentados, explotados.
Aun así, muchas redes sociales continúan censurando imágenes de pechos, en las que las protagonistas se autoexploran. No importa que sea para salvar vidas. Para evitarlo, el Movimiento de Ayuda al Cáncer de Mama, MACMA, ha creado un vídeo maravilloso en el que, Enrique, un voluntario generoso, también en carnes, realiza la autoexploración de un pecho tan colmado que para ella lo quisiera. Pelos aparte.
Una solución viral que pone el foco en la concienciación y en la importancia vital de la detección precoz. En unas tetas, las de Enrique, incensurables, como debería ser el acceso a este tipo de información.