"Hoy, nosotros y nuestros aliados afganos estamos preparados para acoger a cualquier persona que apoye a los talibanes pero que renuncie a Al-Qaeda, que deponga sus armas y que quiera participar en la sociedad libre y abierta que está consagrada en la Constitución de Afganistán", dijo Clinton en un discurso sobre política exterior ofrecido en el Consejo de Relaciones Exteriores.

Sin embargo, la máxima diplomática estadounidense añadió que "entendemos que no todos que luchan junto a los talibanes apoyan a Al-Qaeda, o creen en las políticas extremistas que los talibanes llevaban a cabo cuando estaban en el poder."

"Nosotros y nuestros aliados luchamos en Afganistán porque los talibanes protegen a Al-Qaeda y dependen de su apoyo. Para eliminar a Al-Qaeda, debemos luchar también contra los talibanes", agregó

Antes de que Clinton realizase estas declaraciones, el presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó en una entrevista concedida al diario New York Times a principios de marzo que esperaba que las fuerzas estadounidenses en Afganistán pudieran separar los diferentes elementos de los talibanes.

Por su parte, el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, también declaró que Washington podría aceptar un acuerdo político entre el gobierno afgano liderado por el presidente Hamid Karzai y los talibanes, siempre que los insurgentes depusieran sus armas y aceptasen las condiciones del gobierno.