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Japón descansa sobre la espalda de un dragón, que son las tres placas tectónicas que aún no se han asentado en el mapa del mundo y es por eso que el terremoto es el pan de cada día de los japoneses. El archipiélago es la zona del planeta más preparada para un seísmo pero aún así la gente tiembla
Un terremoto de 8, 5 grados Richter con epicentro en alta mar golpeó hace dos semana casi todo Japón sin que se activara la alerta de tsunami y sin que se hayan registrado daños materiales o personales graves, según las autoridades niponas y el Servicio Meteorológico de EE.UU. (USGS).
El seísmo se produjo a las 8 de la tarde y tuvo su hipocentro a 590 kilómetros de profundidad, en islas Ogasawara a 980 kms, pertenecientes a la prefectura de Tokio, según el Servicio Meterológico. El temblor alcanzó el nivel 5 superior en la escala japonesa cerrada de 7 grados (centrada en las zonas afectadas más que en la intensidad del temblor) cerca de la isla de Hahajima, una de las dos únicas habitadas de este archipiélago situado a unos 980 kilómetros al sur de Tokio.
El temblor se dejó sentir con fuerza en la práctica totalidad de las prefecturas de Japón sin que, sin embargo, hubiera registrado daños materiales o personales relevantes gracias a la gran profundidad y lejanía del seísmo.
En el caso del centro de Tokio, la intensidad fue de 4 en la escala japonesa y de 5 en la de intensidad en algunas zonas de la colindante prefectura de Saitama, que forma parte de la área metropolitana de la capital nipona.
También provocó sacudidas de edificios en Tokio y activó las alarmas de algunos coches, pero no se advirtió del peligro de un tsunami ni hubo informes inmediatos de daños por el movimiento, debido a su profundidad.
La cadena pública de la Agencia NHK informó que varías líneas de tren locales y de alta velocidad, así como el metro de Tokio, fueron suspendidos temporalmente. El aeropuerto local de Haneda fue cerrado temporalmente para llevar a cabo una revisión de las pistas, pero el servicio se reanudó más tarde, mientras que no hubo problemas en otros aeródromos, según el parte la agencia Kyodo. Las pistas en el aeropuerto Narita de la capital operaban normalmente, pero el servicio del tren de alta velocidad entre Tokio y Osaka se detuvo por falta de energía, informó la red de mediática estatal NHK.
Unas 600 viviendas se quedaron sin luz en Tokio y en Saitama, mientras que el ejecutivo nipón ordenó a la policía nacional poner en marcha el comité de emergencia. No hubo inmediatamente informes de daños significativos o heridos, pero el Departamento de Bomberos de Tokio recibió llamadas de personas que se lastimaron en caídas, según NHK
Naoki Hirata, experto del Centro de Investigación de Terremotos de la Universidad de Tokio corresponsal para la Agencia NHK, dijo que "dada la magnitud de 8, 5 fue técnicamente un sismo grande, pero afortunadamente fue muy profundo, a 590 kilómetros, lo que aminoró sus efectos.
Pero el movimiento se sintió en un área muy extensa. Afortunadamente, por lo profundo, poco riesgo de un tsunami".
La operadora de la accidentada central nuclear de Fukushima aseguró que no se ha registrado ningún incidente allí, y la autoridad nuclear nipona tampoco ha tenido noticias de anomalías en el resto de las plantas del país.
Japón se asienta sobre el llamado anillo de fuego, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre terremotos con relativa frecuencia por lo que las infraestructuras están especialmente diseñadas para aguantar los temblores
Unas 600 viviendas se quedaron sin luz en Tokio y en Saitama, informó la Agencia NHK. No hubo tampoco noticias de daños significativos o heridos, pero el Departamento de Bomberos de Tokio recibió llamadas de personas que se lastimaron en varias caídas, según NHK.
Tras el terremoto de magnitud 9, 0 de Fukushima en marzo de 2011, este es el primero de una intensidad mayor a 9 en la escala Richter.
Otras agencias del Pacífico registraron la magnitud 7, 8 de las sacudido de ese sábado Japón. Según los medios locales, el temblor dejó al menos 12 heridos. El epicentro del terremoto se ha ubicado en el Pacífico, a una profundidad de 678 kilómetros, según informaron. Los expertos descartaron por momento la probabilidad de un tsunami.
El seísmo se ha hecho sentir sobre todo en Chichi-jima, una isla de 24 kilómetros cuadrados y la más grande del archipiélago japonés de Ogasawara: el epicentro del terremoto se ha ubicado a 189 kilómetros al noroeste de la isla. Cabe mencionar que en un primer momento los sismólogos estimaron la réplica en 8, 5 de magnitud, para rebajarla luego hasta 7, 8.
Los habitantes de Tokio informaron de que sintieron temblar las paredes de oficinas y viviendas. La empresa ferroviaria Japan Railway comunicó, a su vez, que el servicio de sus trenes se vio paralizado durante un corto período debido al apagón que se atribuyó al terremoto.
Según un informe de sismólogos, Japón debe prepararse para un fuerte terremoto que podría causar la muerte de 320.000 habitantes. Sismólogos nipones no han informado oficialmente a la población sobre la posibilidad de un fuerte terremoto en la fosa de Nankai, que se extiende unos 900 km por la costa de Japón. Los científicos advirtieron a las organizaciones preventivas como la UNISDRG (Asociación de Afectados por Accidentes Naturales Irregulares) que ese posible desastre natural podrían matar hasta 320.000 personas. Ese organismo funciona en muchos países de Asia, pero no es muy conocido todavía.
Según informa 'The Japan Time', el Gobierno nipón ya ha desarrollado un plan para contar con fuerzas de despliegue rápido en vistas a un probable terremoto. Más de 130.000 soldados de las fuerzas de autodefensa, la policía, los bomberos y los equipos de rescate nacional con equipos especializados podrían llegar en seguida a la zona en caso de que suceda el temido temblor. Además, se están tomando medidas especiales para proteger los distritos del país que se cree podrían verse más afectados por el desastre que viene.
Los expertos informan que ese seísmo podría causar enormes daños a la economía japonesa, que costaría más de 2.000 millones de yenes, y destruiría unas tres millones de viviendas. Además, al menos otras 340.000 personas de la población costera podrían verse afectadas por un tsunami que se generaría justo después del terremoto, como en Fukushima.
Las construcciones inteligentes y la buena planificación son los dos factores que han permitido a los data center de Japón escapar sin daños graves del terremoto masivo que azotó el país nipón en marzo de 2011. Según Atsushi Yamanaka, director general de IDC Frontier, estas dos variables son las que han permitido que ningún CPD sufriera daños críticos o tuviera que suspender su servicio tras el seísmo, pese a que se enfrentaron a una suspensión prolongada del suministro de energía, así como del combustible necesario para alimentar los sistemas de emergencia.
Japón: el país mejor preparado del mundo contra los terremotos
Si el fuerte temblor de 8, 9 grados, el más grave de los últimos 140 años en Japón, hubiera ocurrido en otro país, a otro nivel, las consecuencias serían muchísimo más devastadoras. Japón está considerada la nación mejor preparada del planeta para afrontar este tipo de catástrofes. Todo gracias a una tecnología punta y a la formación que sus habitantes reciben desde pequeños.
Desde su más tierna infancia, los japoneses conviven con los seísmos. Una vez al mes, los escolares realizan ejercicios en los que aprenden a actuar con la máxima serenidad. No en vano fue aquí donde se creó la palabra "tsunami".
Cascos, guantes, artilugios para fijar el mobiliario... en cualquier lugar hay una infinidad de dispositivos para afrontar este tipo de situaciones. Además, en las ciudades proliferan refugios subterráneos como alguno en el que hay víveres para sobrevivir un mes.
Aunque la clave está en el sistema de las construcciones. Antaño se recurría a materiales livianos, pero resistentes, como la madera y el bambú que fueron sustituidos en las últimas décadas por el hormigón. Desde 1950 todo edificio debe seguir unos estrictos parámetros en los que se tienen en cuenta desde la cimentación a la distribución del peso. En las casas niponas, son los pisos bajos los que aguantan más peso y deben estar separados unos de otros para que en caso de terremoto no se golpeen entre si. Además, Japón es el creador de revolucionarios sistemas de pilares móviles.
Los sismólogos están pesimistas respecto al futuro, y quieren que la gente esté preparada, pero sin asustarla
Pero el terremoto que asoló la ciudad de Kobe en 1995, y que causó más de 6.500 muertos demostró que toda prevención es poca. Desde entonces se han instalado boyas con sensores capaces de predecir con media hora de antelación este tipo de fenómenos. Un tiempo vital que puede salvar miles de vidas.
Japón fue el primer país en instalar sistemas de alerta temprana de Tsunamis
Una amplia red de boyas conectadas por satélite con la tierra (la Constelación Iridium), detecta cualquier tipo de perturbación que, en conjunto, sea similar a un movimiento telúrico bajo el suelo marino, que avisa sobre la formación inminente de un tsunami.
Con una superficie de 10.000 metros cuadrados, la compañía Hitachi ofrece con su CPD, servicios de gestión de tecnologías de almacenamiento, asegurando un nivel Tier IV de disponibilidad y un Uso Eficiente de la Energía de 1, 6 PUE. Tiene la finalidad de ofrecer respuestas a cualquier demanda de disponibilidad total de infraestructuras tecnológicas por parte de las compañías. La empresa la mantiene, y para mejorar su competitividad, Hitachi Data Systems ha levantado en la ciudad japonesa de Yokohoma, un nuevo CPD, (data center) centro de datos.
Con una superficie total de 10.000 metros cuadrados, además, el nuevo CPD asegura un uso eficiente de la energía. Y es que, la nueva instalación constituye un centro de datos también, ecológico, diseñado para alcanzar 1, 6 PUE . Esta métrica, creada por el consorcio The Green Grid, ha sido aceptada para calcular de la manera más precisa casi exacta la eficiencia energética de los centros de datos.
Los data centers se enfrentaron técnicamente no solo al terremoto inicial, sino también al posterior tsunami y a los cortes de energía provocados por las distintas crisis en las centrales nucleares del país. Frente a estas tres amenazas, los CPD consiguen mantenerse operativos a cualquier hora. En ello influye enormemente que la mayoría de los data centers japoneses han sido diseñados con capacidades muy superiores a las ya de por sí estrictas regulaciones de las técnicas de construcción del país.
Yamanaka destaca que los CPD modernos en Japón se construyen sobre gigantes absorbedores de golpes, compuestos de metal y caucho, sobre los cuales se mueven los edificios de lado a lado sin caerse durante el seísmo.
Además, la práctica totalidad de los data center en Japón aseguran de manera firme al suelo los cables y los conmutadores de los servidores, así como todo el equipo de refrigeración, de manera que no se muevan de su posición durante un terremoto, sino que sólo se inclinen. “Yo he visto en algunos data center de Estados Unidos los racks colocados simplemente sobre el suelo, pero eso no les puede servir en Japón”, afirma Yamanaka. Gracias a estas medidas, solo cinco racks en todo el país informaron haber daños críticos durante el seísmo de Fukushima.
Otro factor que mitigó los potenciales daños del seísmo fue que un 70% de los CPD se encuentran localizados físicamente en la región de Tokio, zona que recibió un impacto menor en comparación con otras regiones de la isla, sufriendo “sólo” un movimiento de 10 centímetros hacia los lados durante dos minutos. De hecho, no hay ningún data center en la región noreste por donde hizo su entrada el tsunami, en parte porque las compañías ya prevén este tipo de acontecimientos en la zona y evitan instalarse allí. En ese sentido, varias compañías han alterado sus planes de construcción y están pensando trasladar sus proyectos de CPD al oeste del país, que se considera más seguro que el este.
En cuanto a los cortes energéticos, Yamanaka explica que los planes de recuperación tras un desastre incluyen que si se corta el suministro energético general, se activen automáticamente sistemas de producción independiente, alimentados por diesel. Además, las compañías fueron muy rápidas a la hora de pedir combustible adicional para hacer frente a la situación. La situación de la energía se ha agravado con el paso del tiempo, hasta convertirse en el mayor quebradero de cabeza para los gerentes de los CPD japoneses. El gobierno nipón ha reactivado plantas hidroeléctricas y de combustibles fósiles para intentar subsanar estas carencias y facilitar la vuelta a la normalidad de estas instalaciones muy críticas en el caso de una catástrofe natural.
A pesar de todo ello, algunos aspectos fallaron y las empresas están aprendiendo la lección de cara a futuros terremotos. Las comunicaciones telefónicas resultaron más afectadas de lo esperado, y en parte fueron sustituidas por las herramientas de comunicación social, tipo móvil. Además, el prolongado corte energético ha hecho que las compañías se replanteen nuevas formas de soportar este tipo de cortes de suministro prolongados en el tiempo.
El Terremoto que llegará pronto al Japón
Aunque el terremoto de Japón del 11 de marzo 2011 - que provocó el gran tsunami y daño la central nuclear Fukushima– ha sido el de mayor intensidad en el país desde el nacimiento de la sismología moderna, no es “el grande” por llegar, como lo definen los expertos. No es que una magnitud de 9 no sea grande sino que el sitio no sea el que se ajuste a las predicciones. Los sismólogos llevan tiempo prediciendo un terremoto de características similares al de Kanto en 1923, que tuvo lugar en una peligrosa falla cercana a Tokyo y en el que murieron unas 142.000 personas. Pero la imprudencia entre estos técnicos es pecado grave.
Porque Japón es una zona tectónica muy compleja dónde hay tres importantes placas; la placa Pacífica, la placa de Ojostk y la placa Filipina se oprimen las unas a las otras. En el terremoto de 1923, cuya magnitud se calculó entre 7, 9 y 8, 4, se produjo debido a la colisión entre la placa Filipina y la isla de Japón, en la zona de Sagami, a las afueras de la costa de Tokio. El último terremoto tuvo lugar al norte, al sur de la zanja japonesa, formada por la colisión de las placas Pacifica y Ojostk. “La mayoría de los expertos no esperaban uno tan grande en esa zona” dijo Chris Goldfinger, director del Laboratorio de Active Tectonics and Seafloor Mapping Laboratory en la Universidad de Oregon.
Esto se debe a que la zanja de Japón siempre ha producido grandes, pero no monstruosos terremotos, al menos en los últimos mil años, desde que los humanos llevan seguimiento de ellos. Seth Stein, profesor de geofísica de la Northwestern University en Evanston, Illinois, dijo “Los japoneses han estado durante mucho tiempo preparándose para un gran terremoto más al sur, en la zona de Tokio.
El terremoto del 11 de marzo de 2011 fue lo suficientemente fuerte como para desplazar Japón unos 2.4 metros, según un reciente estudio geológico americano.
Predecir terremotos, ciencia difícil porque los registros de pasados terremotos no son el único sistema de monitorizar el peligro de seísmos
No es que la zanja Japonesa estuviese sísmicamente inactiva, destacan los expertos. “El norte de Japón ha sufrido varios terremotos a lo largo de su historia”, afirma Robert Yeats, profesor emérito de geología en la Universidad de Corvallis, Oregon. Pero el problema es que los científicos no tienen el amplio historial de pasados terremotos que necesitarían para poder predecir el posible mayor terremoto sea cual sea su localización, según Stein. Esto ocurre hasta en Japón, dónde los estudios antiguos – no tan precisos como los estudios sismológicos modernos, pero aún así son comparativamente buenos –y datan de hace más de 1.100 años.
“La historia reciente no es un indicador de lo que podría ocurrir en el próximo futuro” afirma David Applegate, Consejero senior del Geological Survey's Earthquake Hazard Program de Estados Unidos, en una nota de prensa publicada después del 11 de marzo de 2011.
Dicen los expertos que el miedo actual a la posibilidad de otro gran terremoto, en el sur, en la zona de Sagami, está justificado. Por ejemplo, Yasutaka Ikeda, especialista de la Universidad de Tokio, ha llevado a cabo mediciones del nivel de la fuerza de presión de las placas tectónicas a lo largo de la zanja de Japón con GPS de alta precisión. Ikeda comparó los resultados con el nivel de la tensión liberada por los terremotos.
Sus conclusiones muestran “la insuficiencia de datos sobre terremotos en los pasados cien años, en torno a su presión existente” dijo Yeats. Sugiere que en el futuro pueden producirse terremotos más fuertes que el del 11 de marzo. Ikeda estaba en China en el momento del terremoto y incluso quedó sorprendido por sus características. “ No esperaba ver en vida semejante terremoto” dijo a National Geographic News a través de un email.
El terremoto de Japón del 11 marzo 2011 fue precedido por replicas. Otro aviso del terremoto del 11 de marzo, visible en retrospectiva, fue un terremoto de magnitud de 7, 2 que sacudió la misma región el pasado 9 de marzo, dos días antes.
Normalmente, a los terremotos de la magnitud del de Fukushima les suceden replicas menores, no terremotos de mayor intensidad
“Muchos terremotos de magnitud 7 no tienen réplicas” contestó Applegate. “Es solo a modo retrospectivo que podemos mirar hacia atrás y ver que es una réplica o es el seismo importante” como en el caso del seismo del 9 de marzo”. “Solo una de cada veinte veces este tipo de terremotos tiene réplicas mayores al temblor inicial”.
La conclusión de esto es que “los terremotos no llegan casi nunca con aviso previo” comentó Craig Fugate, Adminisitrador de la Federal Emergency Management Administration de Estados Unidos, tras el terremoto del 11 de marzo de 2011.
No importa el cuidado que se tenga al construir estructuras resistentes, fenómenos del tipo tsunami así como los movimientos de la tierra, seguirán causando daños. ¿Donde y cuando?. Los mejores sismólogos no lo saben.