Cada vez que escuchamos la palabra "permanente" relacionada con el pelo nos vienen a la cabeza esas melenas esponjosas, rizadas y con mucho volumen de los años 80, un capitulo de la historia beauty que a muchos les gustaría olvidar.

Por suerte, esta técnica ha ido evolucionando a lo largo de los años y podemos encontrarnos propuestas tan atractivas como tener la melena ondulada más deseada todos los días y en tiempo record.

La permanente se ha convertido en un tratamiento mucho más demandado en los últimos años de lo que ha sido en décadas, y una de las culpables son las ondas de sirena tan envidiadas y que muchas veces no nos da la vida para pasarnos bastante tiempo creándolas con la plancha o las tenacillas.

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Según cuenta Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez, la permanente es la técnica que se utiliza para ondular y rizar cabellos lisos o con rizos muy irregulares que buscan más definición: "La mayoría de los cabellos suelen ser mixtos, con partes más rizadas que otras. La técnica consiste en aplicar en el cabello un producto que abre la cutícula y penetra para cambiar la forma del cabello y su estructura", explica.

Aunque debemos recordar que a pesar de no ser tan agresiva como las que se popularizaron hace 40 años, todavía siguen dañando el cabello: se sensibiliza la fibra capilar, el cabello se vuelve más seco y determinados cabellos, en función de los tratados que estuvieran antes a nivel químico, no podrían realizársela.

Si tenemos un cabello medianamente sano, podríamos someternos a este tratamiento. En lo que se diferencia de la permanente de toda la vida es en las herramientas que se usan, siendo mucho más anchas para poder crear este tipo de ondas.

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En cuanto a su duración, con un buen mantenimiento en casa, podemos disfrutar de unas ondas definidas durante 6 meses, priorizando siempre la hidratación y la nutrición en nuestro pelo para mantenerlas bonitas y sanas. Además, es recomendable utilizar productos específicos para mantener la forma de la onda.