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La soldadura plástica se lleva a cabo con una de las tecnologías más comunes, como lo es la tecnología de aire caliente
Este proceso de soldado o sellado se realiza sobre materiales termoplásticos tales como: polietileno, polipropileno, PVC, entre otros plasticos ductiles.
Está técnica para soldar materiales plásticos consta de 3 variables: temperatura, velocidad y presión. Estas tres variables se generan a través de un sistema de flujo de aire y otra de calentamiento, cuya combinación producen aire caliente a una cierta presión y temperatura establecida a través de un regulador o potenciómetro.
El flujo de aire antes mencionado se genera a través de un compresor externo o integrado y el calentamiento a través de resistencias térmicas de diferentes capacidades, según si el equipo es manual o automático.
La temperatura que alcanzan los equipos con tecnología de aire caliente se consigue a través del uso de resistencias térmicas de diferentes capacidades (watts, volts), la presión se genera a través de dispositivos complementarios tales como rodillos de silicón y/o metal y la velocidad la determina el operador, en el caso de los equipos manuales o un motor de desplazamiento en el caso de los equipos automáticos.
El método de soldadura plástica a través de aire caliente es uno de los más utilizados para aplicaciones tales como: fabricación de lonas, carpas, toldos, tanques, inflables, recubrimientos, etc. La tecnología de aire caliente combina las variables de temperatura, velocidad y presión para soldar materiales termoplásticos tanto rígidos como flexibles, tales como: lonas, membranas plásticas, placas, geomembranas, tubería, etc.
Una aplicación adicional del aire caliente es de vital importancia para la industria del empaque dado que sirve para el proceso de secado, encogimiento y activación de adhesivos para aplicaciones tales como: túneles de encogimiento, etiquetado, mangas retractiles, sellos de garantía, etc.