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Madrid, que todavía trata de paliar con los estragos de la borrasca Filomena, recibirá este miércoles a una nueva borrasca que esta vez traerá intensas lluvias; sin haberse derretido todavía la nieve acumulada tras la nevada histórica que abrió el año.
Se esperan días todavía más complicados en los que se prevé que se produzcan fuertes inundaciones; pero Madrid cuenta con una última baza que, con suerte, podría reprimir gran parte de los torrentes de agua que caerán en las próximas horas. Se trata de una red de 36 tanques de tormentas -de las mayores del mundo- cuya función principal es regular el paso del agua de las lluvias hacia las depuradoras.
A diferencia de otras grandes ciudades europeas, la capital no cuenta con un río acorde a su tamaño -el caudal del río Manzanares ronda los 10-20 metros cúbicos de agua-, por lo que ha de valerse de un sistema de saneamiento compuesto básicamente por las alcantarillas, las depuradoras y los tanques de tormentas. Estos últimos no solo evitan la contaminación de los ríos, sino que también reducen el riesgo de inundaciones en días de fuertes lluvias.
Los tanques de Madrid, construidos por el Ayuntamiento y gestionados por el Canal de Isabel II desde 2008, evitan que las estaciones de depuración sobrepasen su caudal máximo, impidiendo así que aquellas aguas que no hayan sido depuradas terminen en el río. ¿Cómo? Al tratarse de depósitos subterráneos de enormes dimensiones, permiten que las aguas pluviales que vienen de las alcantarillas vayan almacenándose y derivándose, poco a poco, a las depuradoras.
Este año, la situación puede complicarse por la nieve acumulada que acabará por derretirse y unirse al agua de las lluvias. El Canal de Isabel II calcula que se recogerán unos 70 hectómetros cúbicos de agua solo por el deshielo de la borrasca Filomena; un volumen considerable, teniendo en cuenta que todavía queda agua por caer.
Aún así, desde la Fundación han asegurado a 20minutos que todo su sistema de saneamiento "funciona con total normalidad, incluyendo alcantarillado, colectores, emisarios y tanques de tormentas". Además, se están llevando una serie de trabajos de prevención -revisando y despejando los puntos más críticos del alcantarillado madrileño- ante la previsión del tiempo de los próximos días.
Al noreste de Madrid, en el interior del Club de Golf de Campo Villa, escondido bajo tierra, se encuentra uno de los tanques de tormentas más grandes, ya no solo de Europa, sino del mundo. Es el tanque de Arroyofresno, que cuenta con:
Su funcionamiento es el mismo que el de los demás tanques de tormentas (como el de Butarque, que tiene la misma capacidad), pero tiene una particularidad: ayuda a los demás sistemas en días de exceso de agua.
Cuando se dan episodios de lluvia prolongados, el excedente de agua recogida por los colectores municipales cuya depuradora ya no da a basto, se deriva al tanque de Arroyofresno mediante un enorme colector (una especie de tubo gigante de casi siete metros de diámetro y tres kilómetros de longitud) que pasa por debajo del río Manzanares y de grandes infraestructuras como la M-30.
El agua recogida, que ha sido previamente filtrada mediante una serie de rejas que retienen los residuos sólidos, se distribuye ya en el tanque en dos niveles:
Todo ello fortificado con muros de un metro de espesor y profundidad de 27 metros, y apuntalado con 267 pilotes.
Gracias a este tipo de tanques de tormentas, las primeras aguas de lluvia -que resultan ser las más contaminantes- se retienen en el subsuelo hasta que las depuradoras van teniendo capacidad para tratarlas, evitando así que se viertan en el río sin haber sido limpiadas. Así, una vez depurada, el agua que ya ha pasado por distintos puntos del sistema, puede finalmente llegar a su destino final, el Manzanares, en las mejores condiciones y sin que suponga una amenaza ecológica para el caudal.