KABUL.— Siete soldados estadunidenses murieron ayer en ataques en Afganistán, incluyendo a cuatro en un ataque con bomba en el norte, en medio de un aumento de la insurgencia y mientras el ejército del país norteamericano avanza con una gran ofensiva.

En Kandahar, en el sur del país, un atacante suicida mató a dos personas cuando impactó un auto cargado con explosivos contra una fila de camioneros que esperaban para abastecer a la tropa extranjera en una base clave, en una provincia considerada como el bastión de la insurgencia talibán.

En Zabul, en el norte de Kandahar, otros dos soldados estadunidenses resultaron muertos por una bomba al costado de la ruta, dijo un portavoz de la alianza. No trascendieron otros detalles.

Kandahar está al lado de la provincia de Helmand, donde miles de marines lanzaron una nueva ofensiva la semana pasada para reprimir a los talibán en una zona que también suministra la mayor parte de la amapola para la producción de opio que financia a la insurgencia.

La bomba al costado de la ruta en la provincia de Kunduz fue el peor incidente de seguridad que involucró a la tropa extranjera en el norte en varias semanas. El norte de Afganistán es considerado relativamente seguro en comparación con los bastiones talibán del sur y este del país.

El jefe de la policía de Kunduz, Abdul Razaaq, también dijo que dos civiles afganos estaban entre los muertos.

“Una patrulla conjunta de la policía y la OTAN fue alcanzada por una bomba al costado de la ruta en el este de la ciudad”, dijo Razaaq.

El suboficial Brian Naranjo, portavoz de las fuerzas estadunidenses en Afganistán, confirmó que los soldados muertos eran estadunidenses, pero no dio más detalles.

Los talibán se adjudicaron la responsabilidad de ambos ataques. El portavoz Zabiullah Mujahid dijo que cinco soldados fueron asesinados.

El portavoz del Ministerio de Defensa alemán, Thomas Raabe, dijo en Berlín que un equipo de la OTAN que entrena a fuerzas afganas estaba viajando en un vehículo militar blindado cuando fue impactado por la bomba. Alemania tiene cerca de tres mil 700 soldados desplegados en Afganistán, la mayoría de ellos en el norte.

En Paktia, al este, otro soldado estadunidense murió al enfrentarse a un grupo de insurgentes, dijo una portavoz militar norteamericana.

Los marines conforman la mayoría de los 17 mil nuevos soldados enviados a Afganistán por el presidente estadunidense, Barack Obama, hasta fin de año, como parte de una renovada estrategia regional para vencer a los talibán y estabilizar el país.

El Ronald Reagan y su dotación aérea, Ala 14, retornan a la misión que desempeñaron un año atrás

La ofensiva de Helmand, Operación Ataque de la Espada, fue lanzada en el mayor punto de la violencia insurgente desde que el gobierno islamista talibán fuera derrocado en 2001 por negarse a entregar a los líderes de Al-Qaeda, buscados por los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos.

Pese a que no se reportaron grandes batallas en Helmand desde el comienzo de la ofensiva el jueves pasado, ataques a lo largo y ancho del país en los últimos tres días han provocado la muerte de civiles, al igual que soldados afganos y extranjeros.

Al menos 16 trabajadores de una organización dedicada a tareas de desactivación de minas fueron secuestrados por un grupo armado en la provincia afgana oriental de Paktya, informó una fuente oficial.

El portavoz del Ministerio del Interior, Zemarai Bashari, dijo que los empleados, que trabajaban en el Centro de Detección de Minas (MDC), fueron secuestrados la mañana de ayer en la ciudad de Gardiz, capital provincial.

Fuentes de la organización han confirmado el secuestro, pero no pudieron aportar detalles de las víctimas ni de las circunstancias del suceso.

Según Bashari, hasta el momento ningún grupo insurgente se ha atribuido la acción.

El MDC fue fundado en 1989 con el objetivo de desactivar las minas colocadas en suelo afgano con la ayuda económica de EU.

Desde 1995, la organización cuenta con el apoyo financiero del gobierno alemán y de la Oficina de la Naciones Unidas para la coordinación de Asuntos Humanitarios en Afganistán (UNOCHA).

Cada mes mueren en el país unas 60 personas —la mitad de ellas menores— por la explosión de este tipo de armamento, según cálculos del Centro de Acción contra las Minas de la ONU para Afganistán.

Relevan a Eisenhower por Reagan

La flotilla de guerra del portaaviones Ronald Reagan relevó ayer a la del Eisenhower en el mando de la fuerza naval estadunidense que apoya las operaciones en Afganistán, informó el Pentágono.

El crucero Chancellorsville, equipado con misiles guiados, se sumó a la fuerza naval que incluye los destructores Decatur, Howard y Gridley y la fragata Thach, todos ellos equipados con el mismo tipo de misiles.

Según el Pentágono, la misión permanente de esta flota es impedir las actividades desestabilizadoras y garantizar el orden marítimo legal en el Golfo Arábigo, el Mar de Arabia, el Golfo de Omán, el Golfo de Adén y el mar Rojo.