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Investigadores informan que una sustancia química artificial parece tener la facultad de desactivar la producción de grasa, lo que potencialmente la convierte en un arma contra la obesidad
Los ratones gordos que recibieron inyecciones de la sustancia, conocida como fatostatina, no engordaron más y desarrollaron niveles más bajos de colesterol y azúcar, afirmó el equipo de investigación.
Pero todavía no corra a pedirle una receta de fatostatina a su médico. Aunque el compuesto se muestra promisorio como "punto inicial" para el desarrollo de nuevos fármacos, no es un fármaco en sí, apuntó el coautor del estudio Motonari Uesugi, investigador de la Universidad de Kioto en Japón.
Pero está el asunto de que los ratones no aumentaron de peso. "Cuando se les inyectó la fatostatina, los ratones no engordaban aunque comieran mucho", apuntó Uesugi. Además, "no vimos ningún efecto secundario o tóxico notable", añadió.
Hace mucho que los investigadores intentan encontrar una pastilla para ayudar a la gente a combatir la obesidad. Los fármacos contra la obesidad existen, pero tienen efectos secundarios que convencen a algunos pacientes a dejar de usarlos.
Uesugi dijo que su laboratorio tiene muestras de 30, 000 sustancias químicas y las evalúan en células humanas y ratoniles. La molécula en cuestión, la fatostatina, pareció detener la producción de grasa al desactivar ciertos conmutadores genéticos.
Por el momento, "sigue siendo difícil" desarrollar medicamentos para tratar la obesidad de forma segura, apuntó el Dr. Tae-Hwa Chun, investigador sobre el metabolismo que también conoce el informe
En el nuevo estudio, que aparece en la edición del 28 de agosto de la revista Chemistry and Biology, los investigadores reportan que la sustancia evitó que los ratones obesos engordaran más incluso cuando comían todo lo que deseaban.
Pero Uesugi dijo que la inyección de un medicamento no es una buena opción para personas que tienen enfermedades metabólicas crónicas, como las que causan la obesidad. Se necesita más investigación para desarrollar un medicamento que pueda ser tomado por vía oral y que sea seguro para las personas, dijo.
En cuanto la seguridad, "la actividad de la fatostatina sobre 63 genes, muchos de los cuales no tienen nada que ver con la síntesis de la grasa, genera muchas preguntas sobre efectos secundarios potenciales, sobre todo si se ingiere la sustancia durante muchos años", señaló el Dr. Nicholas H.E. Mezitis, profesor asistente de medicina clínica del Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia, quien está familiarizado con los hallazgos del estudio.
Por el momento, "sigue siendo difícil" desarrollar medicamentos para tratar la obesidad de forma segura, apuntó el Dr. Tae-Hwa Chun, investigador sobre el metabolismo que también conoce el informe.
Un hallazgo positivo "en células y roedores no siempre lleva al desarrollo de medicamentos seguros y eficaces para los pacientes", añadió Chun, profesor asistente de la Universidad de Michigan que se especializa en el síndrome metabólico.
Pero Chun también dijo que la idea de dirigirse a los conmutadores genéticos que activan la producción de grasa, como parece hacer la fatostatina, es promisoria.