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La publicación de Niña Errante, que contiene algunas de las cartas entre Gabriela Mistral Y Doris Dana, ha traído una serie de comentarios en cuanto a la supuesta condición sexual de nuestra Premio Nobel de Literatura 1945
Lesbianismo, tema prohibido. Quizás. Algunos se burlan y atacan maliciosamente a aquéllas que lo practican.
Así mismo como se subraya dicha palabra, se hace énfasis en el tema. Y mirando los titulares de los periódicos en la calle, aparece al lado de la fotografía de la poetisa: “así que nos resultó lesbiana”. Y para completar el estupor, durante la presentación de Niña Errante: qué quiso decir Casas con, “Patético, fue lesbiana” y retirarse del evento, sin escuchar las últimas palabras de la presentación de Zegers, el editor. “Qué bochorno, diría otro.
Fue un golpe en pleno rostro. Sobran las palabras.
Se le pregunta a los responsables de cuidar el legado de Gabriela Mistral: Cuántas páginas inéditas se han publicado, poemas, ensayos, prosa y cartas, fuera de Niña Errante, de las miles que llegaron el año 2007. Por qué no se seleccionó, priorizó y se le entregó en primera instancia a los chilenos y al mundo también, otras páginas de Gabriela Mistral que les tocó recopilar, o por qué no se publicaron todas las cartas como lo dijera Doris Atkinson, en Sábado, que son muchas más. No había nada mejor que algunas de las famosas – ahora – cartas, en las que se destaca, una supuesta inclinación sexual de la poeta. Negada por la misma Doris Dana, en un video grabado en Miami, que se encuentra al alcance de todos. En el que también asegura Dana, que Yin Yin, es propio hijo de Gabriela, que ella misma se lo confesó. Y aquí tomen palco los puritanos con esta declaración: ¡Patético, fue madre soltera! Y fumaba a principios de siglo. Estas situaciones personales e íntimas no le quitan mérito a toda su obra.
Y frente a otros temas que quedaron en segundo plano, entre los comentaristas y medios de comunicación. Y si así hubiera sido, estamos en pleno siglo XXI, y de qué nos escandalizamos. De las minorías sexuales. O por esa supuesta elección de la poetisa, su obra deja de ser importante o extraordinaria. Se preguntan.
Por qué colocarla frente al desprecio y al prejuicio de seres morbosos, publicando primero que nada, dichas epístolas. De qué manera se podría haber evitado esto, la malediscencia, no las cartas, porque éstas, también se debían publicar. Pero ahora todo el mundo habla sólo de su lesbianismo. Como que si las preferencias sexuales de un artista fuera lo importante, solamente, y no el resto de su obra u otros pasajes de su vida u otros amores.
Ha dado pie para criticar a a los responsables, no sólo; sino Gabriela ha quedado muy mal parada, en principio, en una sociedad pacata como ésta
Claro que había que publicar, en algún momento, las cartas. Probablemente, no es culpa de Zegers, que no se haya destacado, en las conversaciones, comentarios y periódicos, los otros temas recurrentes de Gabriela, que se muestran en Niña Errante: la paridad entre sexos, la justicia o injusticia social, etnias o la integración americana. Por qué será.
Nadie puede asegurar ahora, que la figura de la Premio Nobel de Literatura 1945, haya quedado muy bien parada, frente a muchos prejuiciosos. No por la publicación de las cartas, si no por la forma cómo se ha tratado el tema posteriormente. Ni “con mucha cautela o altura de miras”, como dijo Zegers, evitaría en el momento, una reacción adversa y maliciosa, por parte de algunos.
La idea general es que nunca, la poetisa, estuvo en un pedestal aquí en Chile. O si estuvo, rodó varias veces por el suelo. Basta leer a algunos críticos de la época para darse cuenta, que no era calificada en su justo valor. La noticia del otorgamiento del Premio Nobel, no cambió mucho la opinión de los responsables de El Premio Nacional de Literatura. Recién se le otorgó en 1951, seis años después del Nobel.
Por lo tanto, querer bajarla del pedestal, o humanizarla, al publicar la correspondencia con Doris Dana, antes que cualquier otra parte de su obra inédita, puede que dé mejores dividendos económicos, el escándalo. Pero ha dado pie, no sólo para criticar a los responsables, sino, Gabriela, ha quedado muy mal parada, en principio, en una sociedad tan pacata como ésta.
Niña Errante se publicó "con mucha cautela y altura de miras", para evitar en el momento una reacción adversa y maliciosa, lo que no se consiguió
Ruth Ferraresi.