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La supernova más reciente en la Vía Láctea revela su edad en la velocidad de expansión de su remanente
Ha sido descubierto un remanente de supernova en nuestra galaxia cuya explosión original ocurrió hace 140 años, en fecha bastante más reciente pues que la explosión que originó el remanente Cassiopeia A, observada en 1680, y hasta ahora la última observada desde la Tierra.
Los astrónomos observan supernovas con regularidad en otras galaxias similares a la nuestra, y basándose en estos datos estiman que en la Vía Láctea deberían estallar unas tres supernovas cada siglo, aunque estas deducciones cuentan con amplios márgenes de error.
Imagen: composición de fotografías del remanente de supernova G1.9+0.3. La imagen en radio del VLA en 1985 se representa en azul. La toma en rayos X sobrepuesta realizada por el Chandra en 2007 se muestra en color naranja. La comparación entre ambas imágenes permitió calcular el ritmo de expansión y estimar así una edad para el remanente de unos 140 años. La imagen mide 5 minutos de arco de lado a lado.
Hallar una supernova tan reciente supone un paso fundamental para obtener una mejor estimación del ritmo de explosiones en la Vía Láctea. Conocer con precisión este dato es muy importante porque las explosiones de supernova calientan y redistribuyen enormes cantidades de gas, enriquecen con elementos pesados el medio interestelar circundante, y desencadenan la formación de nuevas estrellas, cerrando el ciclo estelar de nacimiento y muerte. Aparte del remanente en expansión, la explosión también crea como testigo del evento una estrella de neutrones o un agujero negro. A poca distancia del centro de la Galaxia, unos miles de años-luz, el remanente de supernova permanece inmerso en el oscurecido y denso territorio cercano al agujero supermasivo central de la Vía Láctea, lo que servirá también para estudiar las propiedades de este insondable lugar.
Imagen: imagen óptica de la Vía Láctea con el centro de la galaxia hacia la mitad y la posición de G1.9+0.3 señalada. Se trata de un mosaico de 51 imágenes tomadas y acopladas por el astrónomo amateur y astrofotógrafo Axel Mellinger.
El Observatorio de rayos X Chandra, de la NASA, obtuvo una imagen del remanente de supernova G1.9+0.3 a principios del año 2007. La diferencia en tamaño entre esta imagen y la de radio del Very Large Array (NRAO) tomada años antes, en 1985, evidencia claramente la expansión del material sedimentado tras la explosión a través del espacio. A partir de estos datos los astrónomos pudieron calcular el tiempo transcurrido desde la explosión de supernova original: unos 140 años. Esto supone haber hallado la supernova más reciente en la Galaxia de la cual se tiene noticia, según el marco temporal de la Tierra (referido al tiempo en que los eventos son observados en la Tierra).
Hallar una supernova tan reciente supone un paso fundamental para obtener una mejor estimación del ritmo de explosiones en la Vía Láctea
Imagen: ilustración de la Vía Láctea con la localización señalada de otras supernovas históricas. Se muestra el lugar que ocupa el Sol y en naranja la posición aproximada y nombres de las explosiones de supernova acaecidas durante los últimos 2.000 años, y que bien pudieron haber sido observadas por los primeros astrónomos. En negro la posición del recién descubierto remanente G1.9+0.3. Aunque no se conoce con exactitud su distancia, el ángulo sí se ha medido bien. G1.9+0.3 es el único objeto de estas características que se ha encontrado en el bulbo de la Galaxia.
Imagen: imagen panorámica en infrarrojo del Two Micron All Sky Survey (2MASS) de la región central de la Vía Láctea. Abarca 3º x 5º aproximadamente. El centro de la Galaxia es el punto rojo brillante situado hacia la orilla superior derecha. Las imágenes de G1.9+0.3 del Chandra y VLA combinadas aparecen abajo a la izquierda. El plano galáctico atraviesa la imagen desde el centro de la Galaxia hasta la esquina inferior izquierda.
Realmente a los 140 años de edad que se estima para este remanente habría que sumar el tiempo que tarda la luz en recorrer la distancia desde el lugar donde tuvo lugar la explosión hasta la Tierra, unos 25 000 años-luz. Por tanto, G1.9+0.3 es el remanente de supernova más joven de nuestra galaxia, batiendo claramente el récord de Cassiopeia A, con 330 años. La veloz expansión y escasa edad de G1.9+0.3 fue confirmada recientemente por una nueva imagen del VLA tomada a principios del 2008.
La explosión no pudo ser observada desde la Tierra en luz óptica hace 140 años porque el lugar donde ocurrió se encuentra cerca del centro galáctico y embebido en un campo plagado de polvo y gas. Así el brillo de la explosión se mostró un billón de veces más débil que si no hubiese estado oscurecida. Sin embargo, los rayos X y ondas de radio atraviesan fácilmente estos territorios tan opacos.
Imagen: composición de imágenes en rayos X (naranja) y radio (azul) del remanente de supernova G1.9+0.3. Las estrellas amarillas y blancas corresponden a la imagen infrarroja del 2MASS.
Los remanentes de supernova proceden del choque entre los escombros lanzados hacia el exterior por la explosión y el material circundante, lo que genera una concha de gas caliente y partículas de alta energía que brillan intensamente en rayos X, radio y demás longitudes de onda durante miles de años. En el caso de G1.9+0.3 el material se difunde hacia el exterior a unos 50 millones de km por hora, lo que equivale a un 5% de la velocidad de la luz, una velocidad de expansión sin precedentes para un remanente de supernova. Otro dato superlativo en referencia a este inusitado objeto ya sólo por su escasa edad, es que ha generado los electrones más energéticos jamás detectados en un remanente de supernova.