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El poder y los rebeldes de Sudán del Sur aseguraron este miércoles que están dispuestos a retomar las negociaciones de paz, coincidiendo con el tercer aniversario de la independencia del país, en guerra civil y amenazado por la hambruna.
"Depongan las armas y vuelvan a casa", dijo el presidente Salva Kiir, dirigéndose a los rebeldes, liderados por Riek Machar, su exvicepresidente.
En el tercer aniversario de la independencia, el presidente se pronunció ante una muchedumbre en Juba, la capital de un país desgarrado por masacres étnicas y atrocidades desde el 15 de diciembre de 2013.
Riek Machar dijo desde Etiopía que está "dispuesto a hablar", pero no dejó pasar la ocasión de fustigar "la tiranía" del gobierno y pidió incluso que se adopten sanciones. Con el presidente Kiir, "el país no hay conocido nada más que la dictadura, la anarquía, la corrupción, el tribalismo y el subdesarrollo", dijo.
El martes, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió a las partes en conflicto que depongan las armas y retomen de inmediato las conversaciones de paz, después de muchas presiones internacionales que no han dado fruto.
Y es que, de momento, las dos partes han actuado como si consideraran a su alcance una victoria militar. En los meses pasados, los tres alto el fuego han quedado en papel mojado y las negociaciones de paz en Etiopía están bloquedas desde junio, ya que las partes beligerantes las boicotean y se echan la culpa mutuamente.
Kiir, que dice "seguir comprometido" con el diálogo, ha rechazado una de las demandas principales de los rebeldes, la retirada de las tropas ugandesas, que están apoyando al gobierno de Juba.
Sudán del Sur, un país rico en petróleo, nació el 9 de julio de 2011, en medio de la alegría, después de un largo conflicto contra Jartum. Desde entonces, la guerra ha acentuado las divisiones entre las numerosas etnias, en particular los Dinka, a la que pertenece el presidente Kiir, y los Nuer, de su rival Riek Machar.
Al concluir su mandato al frente de la misión de la ONU en el país (MINUSS), Hilde Johnson se despidió el martes con una virulenta carga contra Kiir y Machar, a los que acusa de "servir sus propios intereses" y estar devorados "por el cáncer de la corrupción". "Corremos el riesgo de asistir a la peor hambruna de la historia del país y no es porque no haya llovido", denunció.
Oxfam precisó este miércoles que cuatro millones de personas, un tercio de la población, están "gravemente amenazadas por el hambre".
Además del hambre, la guerra ha causado miles e incluso decenas de miles de muertos, ha expulsado de sus casas a 1, 5 millones de habitantes y eliminado localidades enteras.