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La sudoración excesiva no siempre es una consecuencia de la actividad física, pues hay quienes sudan constantemente en todo su cuerpo o en zonas específicas, aún estando sentados
Es bien sabido que el sudor le sirve al cuerpo para realizar la transpiración, es decir como proceso de enfriamiento presente cuando el cuerpo se ejercita, siente miedo o preocupación y cuando está excitado. Pero, ¿Qué pasa cuando el sudor resulta ser una incomodidad más que un sistema para regular nuestra temperatura corporal?
Si tu cuerpo está generando sudor sin importar la temperatura o tu estado de exitación, es muy probable que sufras el trastorno de la hiperhidrosis, que se produce cuando falla el sistema nervioso simpático.
La hiperhidrosis puede ser general, cuando afecta a todo el organismo, ó localizada, cuando el sudor aparece en lugares específicos, como las axilas, las manos, los pies, la cara... Cada una de éstas posee una etiología distinta que varía dependiendo de diversos factores. Este trastorno puede aparecer como síntoma o consecuencia de otra enfermedad (hiperhidrosis generalizada), así como también puede ser idiopática (hiperhidrosis localizada).
En muchos casos la hiperhidrosis puede repercutir considerablemente en la calidad de vida de quienes la padecen, ya que puede ser la causa de estrés emocional, lo que dificulta el desarrollo personal, laboral y social de la persona afectada.
La buena noticia es que existen varios métodos para tratar tal padecimiento
La desesperación tiende a ser común en las personas que padecen dicho mal, pues poseen un desagradable 'mal hábito' de su cuerpo, que no pueden controlar por sí mismos.
La buena noticia es que existen varios métodos para tratar tal padecimiento. El tratamiento de la hiperhidrosis se puede dividir en tópico, oral, quirúrgico y no quirúrgico. Cada una de estas intervenciones terapéuticas es diferente con respecto a las indicaciones, la eficacia terapéutica, la duración de la acción, los efectos secundarios y el costo.
La elección de un tratamiento u otro corresponde al doctor y al paciente de forma exclusiva, pues el paciente debe consultar cuál es más conveniente para tratar su tipo de hiperhidrosis y así evitar una frustración innecesaria.
Los tratamientos abarcan la aplicación del cloruro de aluminio, la ingesta de fármacos anticolinérgicos y la inyección de la toxina botulínica (Botox).
Es necesario tomar en cuenta las medidas de lugar a la hora de llevar a cabo un tratamiento. También es importante acudir a una consulta con el doctor, para evitar posibles reacciones adversas de las cuales el paciente no puede tener conocimiento si se está automedicando.