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Es un sonido lento, como el choque y crujir entre sí de las piedras, al sentir las pisadas de mi maestro Gurudeva antes ir a su descanso nocturno. Es la pisada de tu alma al chasrraquear tus piernas al arribo de una gaviotar en el madero de nuestra alma
Fuente Literaria. / Poesía erótica 67
El aullido en el arroyo.
Me estas poblando el existir. Es un constante llevar en un secuestro deshonesto.
Es un minuto inesperado y, nos hemos convertido en dos.
Es la cascada sementina de la vida, donde has estado poblándome en tus besos.
Y nuestros cuerpos se envuelven en un torbellino.
Es el silencio, un engendro en la noche, es el universo seducido por tus pétalos
De amor.
Son látigos de una alcoba en un incendio escondido, haciendo acrobacias. En el juego
Es la forma positiva de amar en tu juego. Entregándome al destello de tu luz, Resurgen
Los arroyos, desprovistos de asedios.
Es un apego ilusorio de una realidad sentimental
Va renaciendo tu cuerpo en fuego. Bajo el barro de un incendio expandido, junto a las colinas
De tus picos que succionan una noche mágica
Es el reflejo acondicionado de mi constante seducción esperada, un amor entre fuegos.
Vas descubriendo mis vientos huracanados.
Huelen tus axilas en mis brazos. Un sudor de lágrimas en tensión revive los deseos y tus
Ansias en una noche mágica, donde se descubren los secretos.
Emiro Vera Suárez/ 22/03/ 2020