Corrientes de sonido,

partículas de polvo gastadas.

Sobre todo, somos mucho barro,

que un alquimista quiere transformar en seres valiosos,

al menos que conserven su vida,

la de la tierra,

madre cósmica primordial,

que trata de activar la esencia;

pero en nosotros lo que se activa es el suiche de la guerra,

la destrucción,

la muerte,

la contradicción,

el verbo hiriente,

que se grita al viento,

no somos diamantes,

ni estamos construidos en oro,

somos tan sólo barro licuado,

con agua de manantial,

en nosotros está ciertamente la esencia del ángel;

pero tan escondido,

que su voz es apenas perceptible,

Sobre todo, somos mucho barro, que un alquimista quiere transformar en seres valiosos,

somos formas,

somos viajeros del cosmos

gritamos llenos de odio,

creemos que somos valiosos,

pero somos letrinas asquerosas,

gusanos que salen de nuestros cuerpos,

y larvas azules de nuestras almas,

ni el Rey Salomón se escapó de la miseria del cuerpo,

y de su alma,

de nuestra incapacidad de ver la realidad,

solo observamos partes insignificantes de luz y verdad,

partículas del ángel,

somos formas inconexas,

tan vulgares,

llenas de escombros e inmundicias,

pero eso somos, qué le vamos a hacer,

siempre fue así,

desde el comienzo de los tiempos,

hemos estado en una transición entre ser ángeles o demonios,

con más tendencia a ser demonios,

somos formas,

tan solo eso somos.