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Pudiera ser que el incidente diplomático generado con Evo Morales se utilizara como cortina de humo para facilitar la salida de Snowden por otros medios
La madrugada de martes al miércoles -2 y 3 de julio- se especulaba con la salida de Edward Snowden del aeropuerto de Moscú en el avión presidencial de Evo Morales. Si se propagó esa sospecha es porque alguien, desde la zona de tránsito del aeropuerto, informó a EE UU de que Snowden no estaba allí, al menos a la vista. ¿Qué, si no, hubiera provocado que Francia, Italia, Portugal y España denegaran el tránsito por su espacio aéreo al avión de Evo Morales?
La sospecha de que Snowden iba a bordo tenía que estar fundada en una información fiable, procedente de alguien en el aeropuerto de Moscú. Por eso los gobiernos de los citados países europeos prohibieron el paso del avión de Evo Morales, aún a sabiendas de que eso provocaría un conflicto diplomático con Bolivia que, con alto grado de probabilidad, se extendería a UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas). Y así ha sucedido, UNASUR ha convocado inmediatamente una reunión extraordinaria para analizar el incidente con el avión de Morales.
En el transcurso de la retención de Evo Morales en Viena (2 y 3 de julio), que ha durado 13 horas, no se produjo un comunicado por parte de el gobierno ruso desmintiendo que Snowden hubiera salido de la zona de transito del aeropuerto moscovita. Tampoco lo hizo Snowden a través de Wikileaks -su portavoz oficial- para aclarar la situación tan complicada en la que varios países europeos, a instancias de EE UU, habían puesto a Bolivia que, a fin de cuentas, era una posible candidata a dar asilo político a Snowden. Qué menos que el ex analista saliera al paso para aclarar el malentendido.
Las declaraciones de Julian Assange de ayer, 3 de julio, al periódico Le Monde en ningún caso hacen referencia al incidente de Morales y la posible salida de Snowden de Moscú, pese a que eran asuntos muy candentes en el momento de realizarlas. Assange solo afea la conducta de la Unión Europea y les insta a respaldar a Snowden. Aparentemente una cortina de humo, aunque el protagonismo de Assange en esta causa da para otro artículo. Eso y sus desavenencias con el presidente de Ecuador en materia Snowden.
Otro asunto que llama la atención es que no haya habido más comentarios por parte de EE UU acerca del caso Snowden, considerando que el presidente Obama no ha dejado de hablar de ello en su gira africana de los últimos días. Con toda probabilidad EE UU es quien ha proporcionado el soplo a Francia, Italia, Portugal y España de que Snowden podría haber abandonado Moscú en el avión presidencial de Bolivia.
Ante la falta de información fiable, cabe plantearse que Snowden no permanezca ya en la zona de transito del aeropuerto de Moscú a pesar de que, a última hora de la tarde del miércoles 3 de julio, una fuente aeroportuaria moscovita -equivalente a la AENA española- informara de que Snowden seguía allí.
Las declaraciones de Julian Assange de ayer, 3 de julio, aparentemente una cortina de humo
Es evidente que una fuente aeroportuaria dando información sobre un conflicto internacional de este calibre tiene un grado de credibilidad irrelevante y por supuesto responsabilidad política o jurídica cero en el caso de que la información no sea cierta.
En estas circunstancias no es posible determinar si la información de la AENA rusa es cierta o, por el contrario, es solo un entretenimiento hasta que salte la información de que Snowden ya no está en Moscú por arte de birlibirloque ruso.
Ante la falta de información explícita, se puede especular con distintas hipótesis. Por una parte, pudiera ser que el incidente diplomático generado con Evo Morales se utilizara como cortina de humo para facilitar la salida de Snowden por otros medios. Alguien podría haber proporcionado un pasaporte a Snowden con otra identidad y que él se haya cambiado el look en los servicios del aeropuerto. Teñido de pelo, peluca, barba, fuera gafas y demás maquillaje ad hoc necesario. Un protocolo al uso en las prácticas de los servicios secretos. Naturalmente, si la fuga se ha llevado a cabo así, ha tenido que ser con visto bueno de Moscú.
La otra posibilidad -que también implicaría ese OK de Putin- es que la salida de Snowden haya tenido lugar -según lo previsible desde un primer momento- por medio de una delegación extranjera, como apuntó el gobierno ruso al inicio del conflicto, justo cuando EE UU reclamaba la extradición del ex analista de Booz Allen Hamilton, empresa contratista de la Agencia Nacional de seguridad (NSA).
Muchas miradas apuntaron entonces a Venezuela y bien pudiera haber ocurrido de ese modo. Mientras la atención internacional estaba centrada en el avión de Evo Morales, Snowden podría haber abandonado Moscú camino de Bielorrusia en el avión de Nicolás Maduro. Desde ahí el ex técnico de la NSA y CIA podría viajar a cualquier parte del mundo sin ser rastreado, previsiblemente a Venezuela.
Sea como fuere, se verá en los próximos días, pero cuesta creer que Putin vaya a convertirse en el malo de la película entregando a Snowden a EE UU.