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La policía hondureña permanece en silencio ante la denuncia realizada hoy por el diario capitalino El Heraldo, sobre su presunto vínculo con un cartel ligado al crimen organizado. El Heraldo, que basó su denuncia en informes confidenciales de la misma policía, señaló que una base del sur de la capital es denominada el "Cartel de la Granja", y los ahí asignados se dedican a al robo de vehículos, sicariato y asaltos a viviendas, entre otros delitos. De ahí son los policías que ejecutaron el pasado 24 de octubre en esta capital a dos jóvenes universitarios, Daniel Pineda, de 24 años, y Alejandro Vargas Castellanos, de 22, este último hijo de la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Julieta Castellanos. El matutino añadió que luego de robarse un vehículo, lo dejaban en un taller en el mismo perímetro de La Granja, donde los recibían sin hacer preguntas, para luego vender cada auto en 25 mil dólares. Por cada motocicleta robada recibían 250 dólares. La base policial de La Granja tenía jurisdicción en las colonias Loarque, Satélite, El Pedregal, La América, Las Hadas, Los Angeles y otras donde su población vive aterrorizada por la serie de asaltos y muertes.