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1 cadena perpetua y varias penas de más de 20 años de prisión..
Cinco mexicanos que trabajaban para una organización que usaba camiones de turismo con el fin de transportar drogas a Houston y las ganancias de vuelta a México fueron sentenciados el miércoles a diversos períodos en prisión, informaron las autoridades.
El juez Sim Lake sentenció a Elisa Idalia Castillo, de 53 años, a cadena perpetua por asociación delictuosa con el fin de poseer y distribuir cocaína, y a 20 años por asociación delictuosa para lavar dinero.
Martín Ovalle Martínez, de 46 años, fue sentenciado a 20 años por lavado de dinero y a 25 años por cargos relacionados con la droga, anunció el fiscal federal interino Tim Johnson.
Castillo y Ovalle Martínez son ciudadanos mexicanos y vivían en Houston, donde en marzo fueron declarados culpables en un juicio. Cumplirán sus sentencias al mismo tiempo.
Castillo era la encargada de una terminal de autobuses en Houston, mientras que Ovalle Martínez era uno de los choferes. Todos los vehículos confiscados en el caso estaban alquilados y asegurados a nombre de Castillo.
Todos los compatriotas estaban vinculados al trafico de estupefacientes..
Lake sentenció a otros tres acusados por su participación en la célula de traficantes.
Israel Torres, de 35 años, fue condenado a nueve años en prisión; David Pacheco, de 35 años, a cinco años y siete meses, y Alberto Abel Martínez, de 51 años, a tres años.
Torres y Pacheco vivían en Houston, mientras que Martínez residía en Rosenberg. Todos ellos también son mexicanos.
Los tres se declararon culpables antes del juicio de marzo. Trabajaban en una bodega donde se descargaban grandes cantidades de cocaína y se colocaban cantidades igualmente grandes de dinero en los autobuses, dijo Johnson. También ayudaban a distribuir la droga y a recuperar las ganancias para enviarlas a la ciudad mexicana de Monterrey.
El grupo utilizaba camiones de turismo mexicanos para llevar la droga a Estados Unidos y el dinero a México. La droga iba oculta en un compartimento secreto creado en el tanque de la gasolina.
Los autobuses dejaban a los pasajeros en una central de Houston y después iban a la bodega donde recuperaban la droga y la distribuían. El dinero también iba oculto en el compartimiento del tanque de la gasolina.
Entre el 1 de enero del 2006 y el 20 de marzo del 2008 se confiscaron más de 1.000 kilogramos de cocaína y 2, 2 millones de dólares de los autobuses turísticos que operaban en Texas y México.
Otros integrantes de la organización que están acusados no han sido arrestados: Jorge Reynosa Alejandro, de 34 años, que vivía en Rosenberg; Marco Martínez Cárdenas, de 38 años y Abel Gonzáles Jaramillo, de 41 años, ambos de Monterrey.