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El cambio en la dieta frena hasta en 88 por ciento el riesgo de contraer diabetes, por lo que la manera de prevenir enfermedades crónicas es un cambio del estilo de vida, reveló un estudio realizado por el IMSS en Jalisco. El titular de la Unidad de Investigación Social y Epidemiológica en Servicios de Salud (UISESS), Javier García De Alba García, afirmó que se puede revertir el aumento de glucosa. "Hace tres años iniciamos un programa en la Unidad de Medicina Familiar (UMF) número 3". Indicó que "abarcó la medición de la tolerancia a la glucosa y la aplicación y seguimiento de programas grupales. Los programas grupales fueron divididos en cuatro variables: dieta, ejercicio, la combinación de ambos y el último, la inclusión de uno de los grupos en programas institucionales de prevención y control de peso". Manifestó que se seleccionaron 123 personas de entre 30 y 60 años que, aunque tenían factores de riesgo como obesidad, sedentarismo y antecedentes familiares de la enfermedad, no habían desarrollado aún diabetes mellitus. Expresó que en todos ellos se detectó intolerancia a la glucosa "es decir, entre 100 y 124 miligramos de glucosa en ayunas y entre 140 y 199 miligramos de glucosa a las dos horas de la ingesta de 75 gramos de glucosa diluida". El especialista mencionó que a partir de aquí, se dividieron cuatro grupos, cada uno de los cuales debía desarrollar una de las cuatro variables ya citadas. Resaltó que tras año y medio de seguimiento, a través de un equipo de nutriólogos, licenciados en educación física, psicólogos, trabajadores sociales y médicos, se encontró que el mayor porcentaje de reversión de la intolerancia a la glucosa (fase conocida como pre diabetes) con 88%, correspondió al grupo al que se controló con dieta. En un segundo lugar, añadió, se ubicaron los pacientes incluidos en el programa combinado de dieta y ejercicio, que hasta en 72 por ciento consiguieron bajar los parámetros elevados de glucosa en sangre que manejaban al arranque de esta investigación. Dijo que detrás se posicionó el grupo al que sólo se le estableció un plan de ejercicios, logrando en 56 por ciento, revertir su intolerancia a la glucosa, mientras que los que quedaron en programas institucionales, consiguieron la reducción en 44 por ciento.