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Era el final del gobierno de Rodríguez Zapatero cuando surgió con fuerza en el Estado español el Movimiento de los llamados indignados, que años después se diluirían en manos de un grupo de politólogos de Madrid para dar paso a Podemos
Las distintas corrientes de ese movimiento, fueron poco a poco siendo fagocitadas por grupos casi marginales del PCE, Izquierda Unida, los Anticapitalistas y una serie de organizaciones marginales de la izquierda.
Desde el año 2011 hasta 2014 las luchas por dominar los movimientos asamblearios surgidos al calor del movimiento de los indignados, tuvieron como resultado la creación a trancas y barracas de Podemos.
Se avecinaban las elecciones al parlamento europeo y era el momento oportuno para probar suerte y ocupar un espacio político a la izquierda de un PSOE, debilitado por la crisis y la llegada al poder del Partido Popular, era la oportunidad de rentabilizar el movimiento indignado, era la hora de los oportunistas.
El infantilismo de izquierdas brilló en todo su esplendor al obtener cinco escaños en Europa y aparecer en las encuestas como el partido con mayor intención de voto, lo que le permitió obtener en las generales de 2015 nada menos que el 20.68% de los votos y 69 diputados en el Congreso de los Diputados.
El mensaje mesiánico salió de boca su líder: El cielo no se toma por consenso, se toma por asalto.
Un juego de palabras que recuerda la vieja frase de que un trono no se reclama, un trono se arrebata y que estaría más en consonancia con el Juego de Tronos, ese que regaló el líder de Podemos al Rey Felipe en la primera oportunidad que tuvo, dando a entender que esto de la política era un juego de muchachitos.
Y efectivamente, Podemos es el resultado de la defenestración de cientos de líderes anónimos surgidos al calor del movimiento de los indignados, líderes de base carentes de experiencia política, pero líderes al fin y al cabo, que quedaron relegados al olvido o destinados a ocupar los últimos puestos de las listas.
Los indignados sirvieron de trampolín a los anticapitalistas de VientoSur, a los disidentes de Izquierda Unida, a los verdes de ECU y sobre todo a los bolivarianos (Pablo Iglesias, Iñigo Errejón y Juan Carlos Monedero) los de la Tuerka, esos que llevaban tiempo predicando (jugando) a ser televisivos al más puro estilo de Hugo Chávez, anunciando el fin de la Transición y el alumbramiento de una nueva etapa gloriosa para el pueblo.
El voluntarismo no sustituye a la eficacia, la eficacia es cuestión de experiencia
Las luchas internas por el poder dentro de la organización, fraccionada en múltiples corrientes, sometida al acoso de los medios y torpemente dirigida, ha tenido como consecuencia un gran desgaste interno con las consecuentes escisiones, expulsiones y alejamientos.
Lo que a su vez ha ido restando atractivo al partido y el consecuente alejamiento de sus seguidores, decepcionados ante la falta de resultados.
El personalismo, el mesianismo, las declaraciones inoportunas, fuera de lugar y carentes de autocrítica, han ido lastrando a Podemos como un partido radical camino de la marginalidad.
De nada valen las buenas intenciones cuando no van acompañadas de una política coherente de hechos y resultados en las instituciones públicas.
Los electores no perdonan las incoherencias y un partido no puede cifrar su política en mendigar un puesto en el Consejo de Ministros a cambio de descalificaciones constantes de aquellos a los que apelan.
Ocupar un lugar en la izquierda, ocupar un lugar en la Socialdemocracia pasa por ser coherentes sin que ello signifique en modo alguno ser críticos e incluso radicales y ejemplos sobran en Europa.
Ocupar un espacio político requiere de constancia y coherencia politicoideológica, el ejemplo de la derecha española está ahí para saber qué se debe hacer y qué no se debe hacer en política.
Podemos está dilapidando la herencia de los indignados del 15M, no ha sabido dar respuesta a su indignación, no ha estado a la altura de las masas y se han convertido en un puñado de político avispados que han mejorado su nivel de vida a cuenta de los acampados.
Todo un argumento para la extrema derecha, menos mal que nos queda Portugal, por que los sueños de los indignados del 15M, no cabían en las urnas, pero si una alianza con el PSOE, coherente y respetuosa con el mayor y más veterano partido de la Socialdemocracia, que ha sabido reponerse y recuperar su electorado a base de cohernecia.
@ordosgonzalo
gonzalo alvarez-lago garcia-teixeiro