¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Hectormaxx escriba una noticia?
Vivir sin horizonte, hasta donde nos llevo la nueva sociedad donde lo mejor que teníamos se perdió, no hay amor, no hay caridad, no hay solidaridad, y así vivimos siempre a la deriva y vamos para adelante
La celda es fría y la opresión es triste. Pagamos condena sin cometer ningún delito y vivimos en la aurora con la incertidumbre del nuevo ocaso. Donde iremos, no lo sabemos, estamos ahí para recorrer sin descanso y sin guía y a eso llamamos vivir.
Banalidad es el tener y conseguir, el derroche del buen vivir sin mirar a quien, con esa frialdad y egoísmo por nuestro prójimo y demostrando todo sin dar caridad a quien necesita con esa suficiencia y orgullo dañino que nos hace actuar individualmente y como en contra del mundo.
Hoy muestro mis títulos, hablo de mis hazañas, disfruto de mis alegrías y en si un mundo vacío carente de todo aunque pensaba que todo lo tenía.
En vano luche por conseguir de más, pensando en el futuro y olvidando el presente que es donde debía estar, más forje con cadenas de hierro mi encierro, mi ceguera, mi ego y fui de frente a guerras donde nunca luche, pero casi siempre vencí.
Hoy muestro mis títulos, hablo de mis hazañas, disfruto de mis alegrías y en si un mundo vacío carente de todo aunque pensaba que todo lo tenía
Y aun sueño y persigo esos sueños, casi todos materiales y los atesoro como trofeos donde la gente mira donde yo creo es un triunfo como si fueran derrotas.
Miramos alrededor y juzgamos casi siempre como analistas de primera, aunque sabemos que la opinión propia es ajena a cualquier circunstancia e inherente a la responsabilidad de los hechos donde actuamos solo de palabra omitiendo meterse en los hechos o por la inercia donde pudimos actuar y lo omitimos.
Este circo es la sociedad, una comunidad con rasgos comunes, problemas en conjunto y luchas estériles individuales donde al final perdemos todos de lo que creíamos ganado.
Sufre en soledad, ofrezco mi silencio y sigo mi camino, así es aquí donde creemos actuamos con justicia y comercializamos todo para compensar nuestras carencias y reímos por terminar un nuevo día que fue un monologo a la estupidez.
La cura a tanta banalidad es la muerte, no veo más, es el encuentro del alma con la paz que jamás se obtuvimos.