1.000.000 de años hace que el ser humano, homo sapiens sapiens, sabe caminar erguido y construye sus primeras armas para defenderse de otros animales y alimentarse mejor cazándo.

Tenemos que recordar que somos animales. Que actuamos como el león con su presa y como la hiena con su derrota. Somos gacelas cuando sentimos sensibilidad a la sangre, cuando solo comemos hierbas.

El ser humano es variopinto. Actua cada uno según siente. Procura ser consecuente, aunque no por ser consecuente es sensible igual que los demás ni tampoco es protector.

Los seres humanos son diversos, La mayoría come carne de otros animales. También hay una gran mayoría que se yergue ante el fracaso de otros seres humanos en las guerras y en el fracaso de otros animales, en sus matanzas.

El maltrato a los animales es abominable y el maltrato a civiles en las guerras es detestable.

Pero no podemos olvidar que solo somos animales, mitad leones y mitad hienas.

No puedo sancionar a los Sanfermines sin sancionar a los estados actuantes en guerras.

Por ese camino, para distinguirnos como animales inteligentes, que encuentran caminos de confraternización con otros animales congéneres y que somos condescendientes con el resto de animales, quizás nos queden en ese camino, como digo, otro 1.000.000 de años de historia del ser humano sobre la tierra.

Cómo nos van a extrañar los Sanfermines o las guerras, si nuestra inteligencia, y digo la de todos/as, no se alza un palmo del suelo. Pobres toros y pobres gentes.

Ojalá que entre todos podamos simplificar el camino hacia la total fraternidad.

No queremos ir tan despacio y por eso no queremos tanta sangre entremedio. Así que cada uno/a se aplique su propio correctivo y ajustarnos todos/as un poco más, para poder ser consecuentes.