El gigante Samsung de la tecnología nos ha vuelto a sorprender en el Mobile World Congress celebrado nuevamente este año 2016 en Barcelona, en el que ha presentado sus dos nuevos buques insignia, el Galaxy S7 y su "hermano" el Galaxy S7 edge, que destaca por la doble curva en la pantalla que además es ahora es de 5.5 pulgadas. Ambos terminales son de lo mejor que podemos encontrar en el mercado. Dotados con el sistema operativo Android en su última versión, más la capa de personalización de la marca, que cada vez gusta más y se adecua mejor a las necesidades de los usuarios; han dejado entusiasmados a muchos que ya los han comprado, a pesar de su justo pero elevado precio.

Han decidido conservar la misma línea de diseño que la generación anterior (Galaxy S6 / S6 edge), pero mejorando los pequeños detalles que no acabaron de convencer a los usuarios, como por ejemplo, el hecho de que la cámara sobresaliera demasiado del cuerpo del teléfono. Quizás el detalle más diferencial en cuanto a diseño se refiere, es que ahora el cristal de la pantalla se encuentra redondeado en los bordes. La tendencia continuista en este aspecto es bastante marcada, de hecho, vistos sin fijarnos demasiado en los detalles, pueden confundirse fácilmente con sus predecesores.

Un móvil perfecto para nuestro día a día, con una potencia más que suficiente para correr los jugos más exigentes que podemos encontrar en la PlayStore, con una cámara impecable

En respuesta a las peticiones de los usuarios, han decidido reincorporar la ranura para tarjetas micro SD, que había sido desechada en la generación anterior, así como la resistencia al agua, que cabe aclarar, está pensada para que resista sin problemas un derrame accidental, no tanto para ser sumergidos por demasiado tiempo ni a mucha profundidad. Contamos con dos versiones, una con la última generación de procesadores producidos por Samsung, que han demostrado estar a la altura en otros dispositivos lanzados anteriormente por la firma; y otra con el Snapdragon 820 de Qualcomm, para aquellos que duden de la potencia de los Exynos y prefieran un procesador de una marca puntera por años en el mercado de procesadores para teléfonos móviles. Cabe señalar que ambas versiones ofrecen un rendimiento muy similar y una experiencia de usuario impecable.

Un móvil perfecto para nuestro día a día, con una potencia más que suficiente para correr los jugos más exigentes que podemos encontrar en la PlayStore, con una cámara impecable (a pesar de tener menos megapíxeles que la del S6, estos son más grandes y con una mayor capacidad para captar la luz, lo que ofrece mejores fotos); no obstante, los más críticos continúan reprochando que la parte trasera de vidrio, aunque dota al terminal de mayor elegancia, termina quedando marcada con nuestras huellas, dando una sensación de suciedad que no escapa a la vista. Sin dudas Samsung nos ha vuelto a sorprender, y parece que seguirán por años en lo más alto del podio de los móviles con Android, con un liderazgo que parece haberse perpetuado indiscutiblemente, a pesar de la gran cantidad y variedad de la oferta existente en este sector.

Han decidido conservar la misma línea de diseño que la generación anterior (Galaxy S6 / S6 edge), pero mejorando los pequeños detalles que no acabaron de convencer a los usuarios