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"El Partido Popular es lo más parecido al ejército de Pancho Villa. Un partido roto, desmoralizado, en el que impera el sálvese quien pueda y se mueve en el terreno pantanoso donde crece la delación, la filtración interesada…"
Así lo cuenta el periodista Jesús Cacho en Vozpopuli.com, coincidiendo con nuestros anteriores comentarios sobre la situación por la que atraviesa el partido de los antiguos franquistas y que a pesar de todo siguen manteniendo posiciones en los sondeos.
Como ya dijimos en anteriores artículos, seguirá el goteo de detenciones y de escándalos como consecuencia de esa hemorragia interna que conduce a la agonía de la derecha franquista a la que no es ajena el partido de Rosa Díez.
Rosa Díez y Elpidio Silva, se ha dedicado y se dedican, a judicializar la vida política ante la ausencia de soporte ideológico, con escasos resultados y elevados costes económicos, que están y van a seguir pagando en las urnas y en con el desprecio de los electores que están viendo mejores resultados en las "Vendettas" internas.
Estos dos personajes, prototipos del personalismo y el vedetismo, se resisten a la evidencia del desprecio y la repugnancia que sienten los ciudadanos por ellos, siguiendo la estela de la incombustible Esperanza Aguirre, cada vez más aferrada al voto de la extrema derecha madrileña, deseosa de revancha y de venganza.
Según los sondeos, el Partido Popular seguiría encabezando la lista de los partidos más votados, pero con escasas posibilidades de gobernar, debido al fraccionamiento del voto a ambos márgenes.
Y es aquí donde se produce la derrota, es aquí donde alguien tendrá que pagar con su cabeza la pérdida del Poder, la derrota real.
Así las cosas, surge de la tormenta la figura de un joven Alberto Núñez Feijoo, llamado a ser el sucesor de Mariano Rajoy si Soraya Sáenz de Santamaría, no saca a relucir novedades en la antigua amistad de Feijoo con Marcial Dorado, condenado por narcotráfico.
Boga, boga mariñeiro
Alberto Núñez Feijoo, ha tejido una tupida red de apoyos entre la feligresía centrista del Partido Popular, enviando mensajes puntuales a cada desliz de La Moncloa y a cada patinazo de la calle Génova.
A la oligarquía está claro que no le gusta la cazatalentos de corruptos y cara de cartón piedra, que se la juega en Madrid apostando por el último cartucho en la recámara jugando a la ruleta rusa.
Núñez Feijoo, por lo tanto es una de las escasas salida para un Partido Popular que no apostaría por Soraya Sáenz de Santamaría, dado su discutible papel al frente de los Servicios de Inteligencia del Estado y causa de la división interna del gobierno.
Un gobierno dividido en dos bandos irreconciliables que se destroza a navajazos, en un desesperado todo vale, con tal de salvar el puesto o hundir al enemigo ahogándolo en el fango de la corrupción.
Mientras tanto la carrera meteórica de Albert Ribera sigue en ascenso a punto de traspasar los cielos que no alcanzan a rozar los de PODEMOS.
Lo dicho, otro gallego para seguir remando en un bote a la deriva.
@ordosgonzalo
gonzalo alvarez-lago garcia-teixeiro