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Las fuerzas de seguridad de Yemen abrieron fuego contra manifestantes que demandan la renuncia del presidente Ali Abdulá Saleh en la capital Saná y en la ciudad de Taizz, con un saldo inicial de al menos cuatro muertos y cientos de heridos. En Saná, la policía utilizó gases lacrimógenos y municiones reales contra los manifestantes antigobierno, mientras que en Taizz dispararon “indiscriminadamente” pese a que la protesta se desarrollaba de manera pacífica, según testigos. Los manifestantes en la capital marchaban hacia la calle principal de Zubeiri cuando las fuerzas de seguridad les cerraron el paso, por lo que los inconformes lanzaron piedras contra los oficiales, que usaron con gases lacrimógenos y balas para dispersarlos. Fuentes médicas señalaron que en un hospital de campaña frente a la Universidad de Saná estaba recibiendo a cientos de personas heridas y que muchas de las lesiones habían sido causadas por arma de fuego, de acuerdo con reportes de la cadena de noticias Al Yazira. En Taizz, al sur de la capital, la policía abrió fuego contra una protesta pacífica cuando los manifestantes comenzaron a quemar neumáticos en la calle, indicaron los organizadores de la movilización, quienes reportaron el arresto de cuatro personas. Al menos tres personas murieron en la capital yemenita y otra perdió la vida en Taizz, al tiempo que la cifra de lesionados se estima en cientos, ya que las fuerzas de seguridad también reprimieron protestas en el puerto occidental de Huadaydah y en la sureña ciudad de Aden. La nueva jornada de movilizaciones contra el gobierno de Saleh, quien ha ejercido el poder desde 1978, tuvo lugar en momentos en que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) se prepara para discutir este mismo martes la crisis en Yemen. También coincidió con un reporte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) que dio cuenta de la muerte de 26 niños yemenitas como resultado del uso de la fuerza gubernamental contra las manifestaciones. Miles de personas han participado en las manifestaciones que desde febrero pasado tienen lugar en las principales ciudades de ese país como Saná, Aden y Taizz contra la corrupción y el desempleo, así como para exigir la dimisión de Saleh. La cifra mortal en el país a causa de la represión ya superó los 300, según estimaciones no oficiales.