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El diccionario define en castellano la palabra “oportunista”: “Individuo que ejecuta un hecho o una acción en forma premeditada, valiéndose inclusive de estafas, mentiras y engaños, cuando las circunstancias y el tiempo, son convenientes para sus propios intereses."
Si usted no es amigo o hermano espiritual de quien inició la obra, usted no debe ir al lugar en donde el protagonista materializó el hecho real y el nacimiento de una Iglesia en particular. El primer paso es hacerse amigo y presentar disculpas si en el pasado, usted con su mal proceder ofendió al dueño del proyecto generador de la misión. Dios escoge a uno de sus hijos e hijas, para que de comienzo a una obra que va camino a la espiritualidad. Dios no selecciona a un grupo porque sería una catástrofe mayor. El grupo del escogido viene después y si está en Dios aumenta en sencillez y humildad. Si usted se las ingenia para llegar al sitio con promesas y dádivas sin consultar al dueño de la granja espiritual, usted es un oportunista. Los políticos lo llamarían malabarista y tránsfuga. No se entiende como una persona que supuestamente conoce de Dios, es capaz de mentir y de usar estrategias nefastas para conquistar un falso protagonismo. No debemos usar diplomas o pergaminos para ganar adeptos. Cada Iglesia debe tener su universidad y/o su seminario, para satisfacer la demanda de sus seguidores. Los otros no son de su rebaño. La entrega de diplomas a los misioneros y misioneras, debe ser en el tiempo indicado y cuando estén preparados los responsables para ameritar recibirlos. Las Iglesias y sus representantes, deben evitar recibir títulos de grupos que no han trabajado el proyecto y menos de aquellos que han lesionado la comunicación de Dios con el escogido y muy atentos con esos que han infringido hasta a la ley terrenal civil.
Dios escoge a uno de sus hijos e hijas, para que de comienzo a una obra que va camino a la espiritualidad. Dios no selecciona a un grupo porque sería una catástrofe mayor.
Los oportunistas son capaces de viajar y recorrer leguas y millas de distancias con tal de llegar al lugar donde el escogido por el Todopoderoso sembró la semilla. Son aves de mal agüero y de rapiña que vuelan con los recursos y con la fuerza de los otros y de los mismos escogidos. Si usted recibe un “diploma o título” de alguien que no estuvo en sus orígenes y que no participó del regalo intangible de la ciencia y la sabiduría, usted también es un farsante y un mentiroso y debe cambiar inmediatamente en busca de la verdad. Si desea corregir con amor y misericordia, usted debe devolver esos pergaminos y antes de ir a Dios, debe ir al hermano ofendido y presentar la ofrenda de la fidelidad y descargo. Un cartón o un documento por mas legal que parezca a los ojos de los inocentes, es una estafa que nos lleva a la muerte. Por error e ignorancia, habiendo tenido la oportunidad de avanzar, también nos condenamos. La fe verdadera y nuestra creencia, no requiere de pergaminos o títulos. Esos son basura que por equivocación llenan nuestras paredes y ensucian el alma que ha sido un regalo diáfano del Creador. La fe, misión y creencia, es un don intangible que sólo viene de Dios al igual que la sabiduría. Aunque Dios no escoge santos sino pecadores para la obra, él espera que todos busquemos la perfección y caminemos por la senda de la verdad hacia las alturas cambiando cada torcido que habita dentro de nuestra vida. El escogido es el responsable del nacimiento de cada misión y él es quien está autorizado por Dios para entregar documentos y/o solicitar sellos y firmas para presentar a las autoridades terrenales competentes