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Entrar al interior: Lo que el arte tradicional ofrece al corazón
Por: Eric Bess
La Gran Época, Estados Unidos
“La creación de Adán”, 1508-1512, de Miguel Ángel Buonarroti. Capilla Sixtina, Vaticano. (Dominio Público)
“La creación de Adán” de Miguel Ángel Buonarroti, una pequeña parte del fresco de la Capilla Sixtina, es una imagen icónica y a menudo presentada en la televisión y la literatura como referencia. Un episodio de “Westworld” de HBO se refería a la pintura en relación con el significado de la conciencia. El personaje de “Westworld”, el Dr. Robert Ford, interpretado por Anthony Hopkins, usó “La creación de Adán” para sugerir a una de sus creaciones de androides humanos “que la conciencia es el verdadero regalo que un creador le puede dar a su creación”.
¿Es satisfactoria esta interpretación o es vaga? ¿Está sugiriendo Miguel Ángel que Dios no es nada más que conciencia? ¿O que la conciencia es el vínculo entre los seres humanos y Dios? ¿O simplemente está representando su comprensión de una historia bíblica?
En su artículo “Una interpretación de la creación de Adán de Miguel Ángel basada en la neuroanatomía”, el Dr. Frank Lynn Meshberger sugiere que la representación de Dios como conciencia es una interpretación plausible de “La creación de Adán”. Afirma que los sonetos de Miguel Ángel y su estudio de la anatomía son una prueba de esta interpretación.
Los sonetos de Miguel Ángel sugieren que la creación se forma primero en el intelecto antes de que las manos puedan desempeñar su papel y, usando el conocimiento obtenido a través de la disección de cadáveres, pintó una representación de una sección transversal del cerebro para sustentar la fuente de la creación: Dios. Es decir, si se observa la parte de la pintura que representa a Dios y la tela con forma elíptica detrás de él, se puede ver la forma de una sección transversal del cerebro. Esta es una interpretación que evoca lo inmaterial, es decir, la mente y el espíritu, que influyen en lo material, es decir, en el cuerpo.
¿Es esta una interpretación convincente de la obra de Miguel Ángel? No hay manera de estar seguro de las intenciones de Miguel Ángel sin que él las haya declarado abiertamente. De hecho, el Dr. Michael Salcman, neurocirujano, sugiere que “nuestros sistemas visuales… completan detalles y crean un significado donde ningún patrón o significado pudiera haber sido pensado”. El ser humano es capaz de ver cosas representativas en formas abstractas, como nuestra experiencia de ver imágenes en las nubes. No obstante, especular sobre las posibilidades del significado tiene una forma curiosa de producir sentido.
Antes de pasar a la interpretación de “La creación de Adán”, en la que Dios es conciencia, yo solo había tenido una: Dios está creando a Adán de acuerdo con la comprensión de Miguel Ángel de la doctrina católica. Estar expuesto a otras interpretaciones, sin embargo, refresca la mía. Miguel Ángel era un católico devoto y Jesús dice: “el reino de Dios está dentro de ti”. Tal vez Miguel Ángel tomó esta cita literalmente durante su tiempo de estudio de disección de cadáveres, o tal vez simplemente está usando su arte para representar lo inmaterial.
Independientemente de las intenciones de Miguel Ángel, ahora percibo este fresco de manera diferente. Ahora miro la desnudez de Adán. Nacemos desnudos en este mundo y morimos dejando todo atrás. Adán no tiene nada más que el suelo sobre el cual yacer, su cuerpo y la mano extendida de Dios. Adán parece existir como un intermediario entre lo divino y lo mundano. ¿Pero qué permite esto? ¿Qué le permite a Dios estar tan cerca de tocar la mano extendida de Adán? ¿Podría ser su desnudez?
Para mí, esta desnudez representa una ausencia de egoísmo. No es dueño de nada y parece no tener deseo de nada. Incluso su mano extendida está floja y carece de entusiasmo, y está reclinado de una manera relajada y cómoda. Sin embargo, esto no es indicativo de lo que siente por Dios, ya que su rostro está lleno de adoración al contemplar lo divino. En cambio, parece que este estado de sereno desinterés es el requisito previo para que Dios alcance lo que Él ha creado.
El fresco se titula “La creación de Adán”. Dios crea a Adán de tal manera que es agradable a Dios. Me parece que la calma desinteresada y el estado de falta de deseo son lo que agrada a Dios.
Sin embargo, se podría argumentar que el brazo de Adán solo está relajado porque el brazo extendido de Dios está en el proceso de dar vida a Adán, y el brazo de Adán aún no está lleno de energía vital. El hecho de estar en proceso de cobrar vida explica la postura relajada y el comportamiento poco entusiasta. Su expresión, en lugar de adoración, es la de anhelo y deseo de que Dios complete la tarea de dar vida, lo que parece contradecir mis sugerencias anteriores.
Aunque esta interpretación fuera el caso, incluso si Adán tiene el deseo de vivir, el anhelo y el deseo sólo se dirigen hacia Dios y nada más. De cualquier manera, la adoración, o el deseo, presente en la expresión de Adán es un requisito previo o un resultado de la vida que Dios otorga.
Quizás, sin embargo, Dios ya ha completado la tarea aquí: Adán ya está animado. Adán no está cobrando vida, sino reaccionando al don de la vida. Se ha colocado en su postura reclinada, y hay una distancia entre sus manos y la adoración en su rostro como si Adán estuviera mostrando su gratitud por el regalo de la vida. Esto me indica que Miguel Ángel representó intencionalmente a Adán en una pose animada pero reclinada, relajada y desinteresada en la presencia de Dios como una expresión de su agradecimiento por los dones de Dios.
No estoy completamente convencido de que Miguel Ángel estuviera implementando en secreto la imagen de la sección transversal del cerebro dentro del cual Dios se sienta; pero si lo estuviera, me gustaría pensar que lo hizo por la misma razón: que solo cuando estemos en un estado mental relajado y desinteresado, lo divino nos alcanzará. El estado de nuestras mentes es lo que nos permite experimentar lo divino durante nuestra corta estadía aquí en la Tierra.
Puede que no conozca las intenciones de Miguel Ángel en lo que respecta a este fresco. Me maravilla que aproximadamente 500 años después, todavía nos intrigue. Tal vez mi investigación y reflexión interna sobre esta pintura es parte de mi viaje hacia el reino interno.
El arte tiene una increíble capacidad para señalar lo que no se ve para que nos preguntemos: “¿Qué significa esto para mí y para todos los que lo ven?”; “¿Cómo ha influido en el pasado y cómo podría influir en el futuro?”; “¿Qué sugiere sobre la experiencia humana?” Estas son algunas de las preguntas que exploraré en mi serie Mirando al interior: Lo que el arte tradicional ofrece al corazón.
Eric Bess es un artista representativo. Actualmente es estudiante de doctorado en el Instituto de Estudios de Doctorado en Artes Visuales (IDSVA).
Referencias:
Traducción de Lucía Aragón