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Desestructurando lo estructurado.....
Los amantes de Módena, los amantes de Hasanlu, y seguramente muchos más "amantes" del registro arqueológico en distintas partes del mundo, pueden ayudarnos a reflexionar acerca de los discursos socialmente legitimados en torno a los géneros y las sexualidades.
Imagen de los amantes de Modena
"Los amantes de Módena" (Italia) son dos esqueletos del siglo IV, hallados en 2009; los cuales se pensó, en un primer momento, que correspondían a un hombre y una mujer tomados de la mano, y que por ende, habrían sido pareja. Sin embargo, en 2019, a partir de un análisis de esmalte dental se llegó a la conclusión de que se trataba de dos hombres.
"El beso secreto que duró 2800 años": Los esqueletos de "Los amantes de Hasanlu", en cambio, hallados en 1972 en Irán, sí provendrían, en efecto, de un hombre y una mujer.
Imagen científica de los Amantes de Hasanlu
Lo interesante de ambos casos son las controversias que se generaron -o no- en torno a los mismos; su cobertura por medios de divulgación científica; y las problemáticas que visibilizan respecto del saber académico arqueológico. Tomemos aquí dos coberturas en diarios digitales no académicos:
Vemos los esqueletos de los amantes de Modena
En una nota de El español pareciera que "Los amantes de Hasanlu" son prueba del amor eterno (romántico, occidental, moderno, y eso sí, heterosexual), que perdura a lo largo de los siglos, casi sacralizado e inmortalizado -quizás estemos frente a Adán y Eva, frente a los orígenes de la Sagrada Familia-, en tiempos violentos, de guerras, subsistiendo contra todo, ganándole a la muerte misma. Parece que la mujer besaba la mano del hombre al momento de morir -aparentemente asfixiados los dos-. Ahora bien, ¿cómo saben lxs arqueólogxs que se trataba de un beso y no de una mordida o de cualquier otro tipo de interacción? ¿En base a qué se decide que se trataba de amantes sin mayor controversia?
Yacimiento arqueológico de los amantes de Hasanlu
"Los amantes de Módena" que aparecen en la nota de National Geographic, en cambio, generan controversia, ya que fueron considerados varón y mujer primero, y luego resultó que se trataba de dos hombres. Las conclusiones cambiaron casi mecánicamente en pos de múltiples interpretaciones acerca de las relaciones posibles entre estos dos hombres (soldados, parientes, etc.). Y sobre todo, se concluyó drásticamente que no debía tratarse de una pareja, porque en la época, la legislación vigente penaba las prácticas homosexuales. Con esto bastaría para desbaratar cualquier cuestionamiento en contra de la presunción de heterosexualidad.
Desde fines de los años 70, la arqueología feminista y, posteriormente, la arqueología queer, retoman los aportes de Rubin, Butler, Wittig y Rich.
Estas perspectivas denuncian la histórica división intelectual del trabajo científico (por ejemplo, mujeres conservadoras del registro arqueológico vs hombres que dirigen excavaciones); a la vez que plantean la necesidad de cuestionar asunciones normativas binarias que naturalizan, refuerzan y legitiman sentidos dominantes del género y la sexualidad. Como Rubin desde la antropología social, examinan el peso de categorías empleadas de modo universalizante, ahistórico y mecánico para explicar la vida social del pasado. También surge la crítica a la supuesta ciencia empírica y neutral, que pone el foco en cómo los discursos "descriptivos" funcionan prescribiendo, , normativizando y patologizando comportamientos. Siguiendo a De Lauretis, podríamos pensar en términos de un "'inconciente político' de los discursos culturales dominantes y sus 'narrativas principales' subyacentes" sobre los géneros, los vínculos sexoafectivos, y sus jerarquías.
Si retomamos a Butler, podemos pensar que en la disciplina arqueológica, como en muchas otras, el discurso científico, al describir y reconstruir el pasado, produce (en términos foucaultianos) una sexualidad "normal", resaltando ciertas formas y rechazando otras, clausurando sentidos posibles, sin reflexiones acerca de cómo se (re)construye todo un universo social a partir de pistas -mínimas en muchos casos- de la cultura material.