La Diabetes Mellitus (DM) es una de las enfermedades endocrinológicas más extendidas en toda la población mundial.

Existen diversos tipos, entre los cuales se encuentran la Diabetes Mellitus tipo 1 y la tipo 2: la primera requiere un tratamiento basado en la inyección de insulina en función de la cantidad de Hidratos de Carbono (HC) que se ingiera en cada comida; la segunda, en cambio, actúa resistiéndose a la insulina y requiere un control más exhaustivo del peso disminuyendo el consumo total diario de calorías.

Los objetivos que se plantea el llamado Tratamiento Médico Nutricional hacen referencia, en primer lugar, a la ingesta diaria de nutrientes que es necesaria para presentar un buen estado de salud; en segundo lugar, a la necesidad de mantener unos niveles de glucosa, de presión arterial, de lípidos y de peso adecuados, ya que así se facilita la prevención de complicaciones derivadas de la diabetes; por último, es imprescindible que el tratamiento se planifique teniendo en cuenta siempre las preferencias del paciente, de forma que le resulte más fácil mantenerlo a lo largo del tiempo.

En este tipo de enfermedades lo más importante es llevar una dieta equilibrada, que esté formada por todos los tipos de alimentos recomendados para la población en general (azúcar, legumbres, fruta, pasta...). Sin embargo, los nutrientes que necesitan una mayor atención en el tratamiento de la diabetes son los hidratos de carbono, teniendo en cuenta diversos factores como el tipo de HC, la madurez de las frutas y el tipo de DM que padece el paciente, entre otros.

Por último, se ha comprobado cómo el índice glucémico de los azúcares se reduce cuando son ingeridos junto con otros alimentos, además de haberse liberalizado su consumo gracias a que los avances farmacológicos han permitido crear medicamentos más potentes capaces de regularlo.