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Por: Marta I. de la Fuente
La basura no desaparece en ninguna parte del mundo por arte de magia. Como ciudadanos del mundo, tenemos un importante reto: concienciarnos y tratar de concienciar a los demás que el reciclaje no es una moda, sino una necesidad.
Más que una bonita frase
El hombre continúa poniendo la naturaleza a su servicio, utilizándola sin concienciarse del deber que tiene de conservarla.
El desarrollo sostenible deja de ser la bonita frase de un eslogan para ser una necesidad. La existencia de límites reales en el uso de los recursos naturales es un imperativo, siendo el medio ambiente la única garantía de un futuro más saludable.
¿A dónde van a parar todos aquellos residuos que no se reciclan?. Directamente a contaminar el suelo, aire o agua, y en el menos malo de los casos será un recurso desaprovechado.
Reducir, reutilizar y reciclar
Para una buena gestión de los residuos, el reciclaje no es la única opción, de hecho es la tercera: reducir, reutilizar y, después, reciclar. Sin embargo, todas las estrategias de concienciación comienzan por la última regla, por aquella del reciclado.
Antes de pensar en qué contenedor tenemos que echar nuestra basura, para pensar si se va a reciclar o no hay que conocer si en realidad esa basura ha sido útil, necesaria.
También podemos añadir alguna erre más, como ‘ la de reparar’ , que es una cultura que hemos desechado de nuestras vidas y, sobre todo, reflexionar.
Muchos de los productos que consumismos son de usar y tirar, en los que se gastan recursos y energías en fabricarlos o distribuirlos, para usarlos una vez, tras lo cual se convierten en residuos, y no todo es reciclable. Hay materiales que, por su naturaleza, no lo permiten.
Cada vez es más común encontrarnos con aparatos creados con vistas a que mueran antes, como los envases, ya destinados a ser residuos, un ejemplo claro son los productos electrónicos, los diseñadores se esmeran en que duren de un año a tres, ya no se repara. Ahora están pensados para que si se rompen o se pase de moda, se tire.
En nuestros hogares hay muchas cosas que desechamos y quizás no nos demos cuenta de cuánto contaminan. Las pinturas, barnices, disolventes, pilas, el esmalte de uñas, productos de limpieza… "algo muy significativo son las bolsas de plástico, que están en nuestros hábitos diarios y parece que es algo sin lo cual no podríamos vivir, y sin embargo podemos usar carritos de la compra o bolsas reutilizables.
Sin embargo, hay pequeñas cosas que podríamos reutilizar nosotros mismos: "de las basuras domésticas, prácticamente la mitad de lo que tiramos es materia orgánica, con la que se puede hacer abono o compost, mediante un proceso natural muy fácil. Pero tiramos la basura y además tenemos que comprar el abono en la tienda.
Lo más importante para preservar el medio ambiente es la prevención, no hay mejor residuo que el que no existe.
Para que el consumidor pueda elegir por un consumo sostenible, los envases domésticos como los bricks, latas y botellas de plástico, podrían comenzar a incluir en sus etiquetas cuánto contaminan. Algo muy conveniente para que la gente fuera consciente del impacto ambiental que su compra genera.
Reducir, reutilizar y reciclar está en manos de todos, de ello dependerá la calidad de vida de generaciones futuras.