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Rebeldes sirios dispararon alrededor de 1.000 cohetes, granadas de mortero y proyectiles de fabricación casera sobre dos pueblos chiíes sitiados en la provincia de Idlib, según un informe publicado este lunes.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) dijo que había informes de muertes y de heridos en el fuego intenso en Al Fua y Kefraya que empezó el domingo por la noche, pero no se confirmó el número de víctimas.
Al Fua y Kefraya forman parte de los últimos puestos de avanzada del antiguo régimen en el noroeste de la provincia de Idlib, muchos de los cuales han sido capturados por una alianza que incluye al Frente Al-Nusra, organización asociada a Al Qaeda.
La alianza, conocida con el nombre de El Ejército de la Conquista, empezó el ataque contra estos pueblos el 15 de julio, al decir que era una represalia por una ofensiva del régimen en Zabadani, el último bastión del antiguo régimen a lo largo de la frontera con el Líbano. Dijeron que el ataque "le daría una muestra al norte de lo que nuestro pueblo está sufriendo en Zabadani".
Al-Nusra y muchos de sus aliados radicales consideran los chiíes musulmanes como heréticos.
Por otro lado, el OSDH y la prensa oficial Siria informaron de las muertes por ofensiva rebelde en la zona de la ciudad de Alepo, controlada por el Gobierno, en el norte de Siria. El OSDH sostuvo que cuatro personas fueron asesinadas, de las cuales dos eran niños, y que otras 20 fueron heridas en el refugio rebelde.
La prensa oficial dijo que el número de víctimas era de tres muertos en la ciudad, que había sido dividida entre el Gobierno en el oeste y los rebeldes en el este poco después que se reanudaron las hostilidades en Alepo a mediados de 2012.
Más de 240.000 personas han sido asesinadas en Siria desde que el conflicto empezara con las manifestaciones en marzo de 2011.