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"El PSOE no va a apoyar la continuidad de Mariano Rajoy ni del PP al frente del Gobierno", afirmó este miércoles el líder del PSOE, Pedro Sánchez, tras su entrevista con el jefe del Ejecutivo en el palacio de la Moncloa.
Sánchez defendió que corresponde al PP, como partido más votado, tratar de formar gobierno, pero también abrió la puerta a intentar liderar un gobierno alternativo con el fin de cumplir la voluntad de los españoles, "que dijeron que querían cambiar, que el cambio fuese progesista y que hubiera diálogo". Sánchez se pronunció por la formación de un "gobierno de cambio" para que se evite la convocatoria de nuevas elecciones.
"Vamos a explorar todas las posibilidades para que haya un gobierno de cambio y progresista", dijo el líder socialista, para quien la repetición de los comicios es "la última de las opciones". "Hemos sido claros: vamos a votar en contra de la continuidad del PP al frente del gobierno, con Mariano Rajoy como presidente del gobierno".
Rajoy se reunió a mediodía con Sánchez, por primera vez después de las elecciones generales del domingo, en las que el Partido Popular fue el más votado, pero sin mayoría para gobernar. El líder del PP necesita la abstención de los 90 diputados socialistas para seguir en el cargo.
Sánchez reprochó a Rajoy haber gobernado desde finales de 2011 "solo contra todos" y haber "confundido mayoría absoluta y absolutismo"
El PP obtuvo 123 de los 350 escaños del Congreso de los Diputados, perdiendo así la amplia mayoría absoluta que tenía, de 186, diez más de los necesarios.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) obtuvo 90 escaños frente a los 69 de la formación izquierdista Podemos y los 40 de la centrista Ciudadanos. El PP no está en condiciones de formar gobierno, ni siquiera en una hipotética coalición con Ciudadanos, con quienes que sumaría 163 diputados.
Tampoco puede hacerlo el PSOE, que en una hipotética alianza con Podemos e Izquierda Unida-Unidad Popular (con dos escaños) no dispondría de más de 161 votos. Ambos partidos necesitaría sumar aliados entre las formaciones nacionalistas catalanas o vascas o, al menos, su abstención. Rajoy debe así obtener, por lo menos la abstención del PSOE.
Un eventual gobierno alternativo del PSOE pasaría por una coalición con Podemos a la que deberían añadirse otras fuerzas políticas, como Ciudadanos, que ya descartó este tipo de alianza, o los independentistas catalanes, que reclaman un referéndum rechazado por el PSOE. Sobre el desafío separatista en Cataluña, Sánchez volvió a abogar por "una reforma constitucional", reafirmando que su partido no está dispuesto a "aceptar que se rompa la unidad nacional".