Desde que empezó a disputar el clásico abierto de Roland Garros entre los profesionales, el N° 1 del mundo, el español Rafael Nadal, no ha conocido la derrota en 29 partidos disputados. Muchas son las razones por las cuales esto ha sucedido pero quizás ya se ha hablado demasiado del tema y entonces suena más interesante analizar qué ocurrirá con él en la edición del Grand Slam sobre polvo de ladrillo que apenas acaba de comenzar.

Rafa tiene prácticamente asegurado un lugar en la final. El único rival que podría ocasionarle dificultades hasta entonces pareciera ser Andy Murray (actual N° 3 del ranking). Sin embargo, el escocés no ha mostrado mayor solidez sobre clay y entonces no promete ser un mayor escollo para el máximo favorito en las semifinales. Además, el mismo Murray no tiene asegurado un lugar entre los cuatro mejores del torneo ya que tendrá que vérselas con tipos que pueden complicarle las cosas, como el francés Gilles Simon.

Por el otro lado del cuadro todo indica que la semifinal será disputada entre el suizo Roger Federer (2°) y el serbio Novak Djokovic (4°). Analizando los antecedentes inmediatos sobre canchas lentas, ambos jugadores le han ocasionado algún dolor de cabeza al N° 1. Djokovic le ganó un set en Montecarlo y luego en Madrid tuvo 3 match points que no pudo concretar. Lo que quedó en claro es que Nole ya encontró la fórmula para jugarle de igual a igual y vencerlo. Lo de Federer es más contundente aún, ya que viene de ganarle en la final del Master Series español. Es cierto que Nadal venía de jugar un partido de 4 horas el día anterior, pero esto nunca parece ser un atenuante para un jugador aparentemente incansable en lo físico y en lo mental. Hay que agregar la que Roger parece haber recuperado la confianza perdida en lo que va del año. Y ya sabemos lo que es capaz de hacer cuando esto ocurre. La realidad indica que el N° 2 del mundo se ha reinventado para ganarle a Nadal en Roland Garros, sólo para eso. Ni siquiera para volver a ser el N° 1 que fue durante varios años. En cambio Nadal tiene la doble presión de ganar todo y seguir siendo el mejor.

En conclusión, Rafa Nadal se las verá con Djokovic o Federer en la final. Y las tendencias marcan que el abierto parisino tendrá un nuevo nombre de campeón este año.