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La ex jueza Lorena Collantes hizo un gran favor a la opinión pública: desnudó de cuerpo entero la descomposición del correísmo, un proyecto hoy comprometido con mafias políticas, salpicado de corrupción y podrido en sus entrañas
La ex jueza Lorena Matilde Collantes Loor hizo un favor a la política. Después de su impresentable escándalo en el que amenazó de muerte a los policías que la aprendieron, salió libre sin mayores obstáculos.
Casi inmediatamente el Consejo Nacional de la Judicatura divulgó un comunicado. En el texto el organismo estatal responde a los “comentarios que están circulando en la redes sociales” y calificó como “altercado” a las agresiones sufridas por los policías que cumplían su trabajo. Si realmente hubiera sido un “altercado” se trataría de una simple disputa o discusión. Pero no fue nada de esto.
El Consejo Nacional de la Judicatura es un órgano de control disciplinario y en tal función agregó que Collantes fue destituida por negligencia en octubre de este año. Al calificar como “altercado” intenta suavizar las agresiones de una ex jueza, que ganó, según el correísmo, con justicia y méritos sus concursos de selección de jueces, e intenta disimular las amenazas de muerte y las confesiones que haría Collantes sobre sus vínculos con redes mafiosas al interior de la función judicial y de la política.
En las redes sociales de la internet se encuentra decenas de fotos en las que la ex jueza Collantes participa de actos proselitistas, acompaña de altas dirigentes de la política nacional que ahora rechazan cualquier vinculación de amistad o de otro tipo con una ex funcionaria caída en desgracia. Marcela Aguiñaga, vicepresidenta de la Asamblea Nacional y aspirante a la reelección, llegó a decir que aceptó tomarse una foto con ella porque es “una ciudadana más”. ¿Una ciudadana más? (!)
El presidente Correa tiene una larga lista de olvidos por su alzhéimer político. En la lista se cuenta a Alex Bravo, Carlos Pareja Yanuzzelli, Pedro Delgado, Fabricio Correa entre otros, a los cuales tuvo que reconocerlos después en sus pillerías para luego calificarlos de traidores y más apelativos. ¿El alzhéimer político será una enfermedad propia de los correístas? ¿Cuáles son los vínculos entre Aguiñaga y Collantes? ¿De qué forma se explican las redes mafiosas a las que se refiere Collantes en sus declaraciones videográficas?
En las redes sociales de la internet se encuentra decenas de fotos en las que la ex jueza Collantes participa de actos proselitistas
Pero eso no es lo que le preocupa al poder. En lugar de investigar al ex marido mafioso de Collantes, de revelar sus vínculos con redes de sicariato y extorsión, de explicar cómo llegó una persona como ésta a ocupar un cargo de jueza a través de los concursos convocados por el correísmo, de aclarar sobre su fortuna a la que hace referencia en uno de los audios filtrados, a los altos funcionarios del correísmo lo que les interesa es desvelar quién hizo el video que circula en las redes sociales. Patético.
Se entiende que quien grabó las declaraciones de Collantes fue un policía que intentó dejar registradas las amenazas de una alta funcionaria correísta que ostentó tal nivel de influencia política como para asesinar a los oficiales que procedieron a su aprensión. ¿Cómo pueden investigar, y luego seguro perseguir, a quien estaba cumpliendo con sus funciones de protección a la ciudadanía, pero además tratando de cuidar de su propia vida?
¿Esta es la jueza del Ecuador que ya cambió? ¿Están seguros que eligieron a los mejores jueces y juezas? ¿En lugar de investigar las declaraciones sobre el marido mafioso, sobre sus vínculos con redes de venganza y persecución judicial, el gobierno declara su interés en encontrar a quien hizo el video? ¿A qué le temen?
La aclaración del Consejo de la Judicatura está dirigida a los comentarios de una ciudadanía indignada. Lamentable. Cualquier aclaración, y la disculpa que todavía debe el correísmo, deberían estar dirigidas a la Policía como institución y a los policías que tuvieron que soportar los insultos de esta presuntuosa, convertida en jueza por sus supuestos privilegios políticos como por sus vínculos con mafiosos de la política. Las disculpas deberían estar dirigidas también a la ciudadanía que ve con decepción la prepotencia, agresividad y grosería de una ex funcionaria correísta, cuyos vínculos son públicos, y que superó los filtros de una supuesta probidad sin ningún reparo, antes de convertirse en jueza de la revolución ciudadana.
La ex jueza Lorena Collantes, hoy caída en desgracia para sus camaradas correístas, le hizo un gran favor a la opinión pública: desnudó de cuerpo entero la descomposición del correísmo, un proyecto hoy comprometido con mafias políticas, salpicado de corrupción y podrido en sus entrañas.
¿Esta es la jueza del Ecuador que ya cambió? ¿Están seguros que eligieron a los mejores jueces y juezas?
“¿Quieres probar mi poder?”...