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No fuimos creados para vivir como lo hacemos ahora, desparramados y peleando unos contra otros estúpidamente, sino para vivir en el amor de Dios y ser felices eternamente,
Mateo 20
17 Cuando iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomó aparte a los Doce, y les dijo por el camino:
18 "Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte
19 y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará.
Jesús les da a conocer a sus discípulos lo que iba a ocurrir, les profetizo la muerte que iba a sufrir, y aparece entonces la idea de la sucesión.
20 Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo.
21 El le dijo: "¿Qué quieres?" Dícele ella: "Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino."
Un pedido al voleo, pero la intención es lo que cuenta, los seres humanos por causa de un egoísmo natural pretendemos ocupar el primer lugar o ahí cerquita, porque pensamos que cuanto más alto subimos seremos más importante, pero, Jesús no vino para satisfacer nuestro egoísmo, sino para extirparlo de nuestra vida.
22 Replicó Jesús: "No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?" Dícenle: "Sí, podemos."
23 Díceles: "Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre.
Dos cosas que no sabemos, pedir sin saber lo que pedimos no tiene sentido, Jesús se sacrificó por toda la humanidad, sea quien sea, pero no para escalar posiciones más altas de la que ya tenía, sino más bien de procurar que nosotros los seres humanos escaláramos no una posición mas alta en una escala piramidal, sino en el conocimiento de Dios, y para que todos formemos una sola familia en la cual no existen escalones más altos que otros, donde no existen jerarquías.
No fuimos creados para vivir como lo hacemos ahora, desparramados y peleando unos contra otros estúpidamente, sino para vivir en el amor de Dios y ser felices eternamente, si analizamos nuestras tontas conductas, es fácil darse cuenta que peleando unos contra otros por lograr un lugar de mayor privilegio, jamás podríamos alcanzar la felicidad
24 Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos.
Pero esta indignación era también producto del egoísmo, porque todos nos sentimos con el derecho de estar en primera fila, ocurre muy a menudo en este mundo, lo que impide lograr la felicidad.
25 Mas Jesús los llamó y dijo: "Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder.
26 No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor,
27 y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo;
¿ De que sirve dominar a los demás ? y de que sirven las riquezas y el poder ? - si sabemos que todo eso terminara en el momento que menos esperamos, por otra parte, tenemos el conocimiento de la vida que llevaron quienes ejercieron el poder absoluto y las riqueza que no le brindaron la felicidad, sino más bien grandes preocupaciones por mantenerse en alto por temor a los que aspiraban a sucederle.
28 de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos."
Lo importante es nuestro futuro, pero en este mundo no hay futuro ya que todos vamos a morir, y la muerte es nuestra pascua de resurrección, es salir de este mundo infernal para pasar a la vida eterna y en abundancia, y esta es la razón del sacrificio de Jesús, llevarnos a la felicidad eterna, que es nuestro verdadero futuro.
Dice Jesús, el que encuentre su vida, la perderá, todas aquellas personas que lograron riquezas y poder en este mundo encontraron lo que buscaban pero la pierden al morir, y pierden también sus almas, en cambio, los que pierden su vida por el Evangelio y por Jesús, la encuentran después de su muerte y resurrección, encuentran la felicidad eterna, esa felicidad no es producto de riquezas ni de poder, es producto del amor de Dios.