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Qué hace una sexóloga en Granada

19/09/2018 13:30 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

¿Necesitas una sexóloga en Granada? Antes de ir, te recomendamos que analices qué hace este tipo de profesionales

Cuando comencé mis estudios para ser Sexóloga en Granada, coseché dos tipos de comentarios. El primero, solía proceder de los hombres y era: “llámame cuando comiences las prácticas”. El segundo, acostumbraba a provenir de las mujeres y era: “Mmm, ya hablaremos cuando acabes”. Los dos acompañados de una mirada que sugería claramente a lo que se referían.

Lo que subyace bajo los 2 comentarios es que una sexóloga es una científica que estudia el sexo y, en los dos casos, están efectuados partiendo de que el sexo es aquello que se hace (con frecuencia en la cama o en otro lugar que nos permita adoptar posturas de acople). Por eso, hay una creencia extendida de que las sexólogas son una sabia mezcla entre geisha y experta en kamasutra y, además, conocen todas y cada una de las artimañas que procuran placer (así sea a uno mismo o bien a la pareja).

Y es que la palabra sexo tiene diferentes significados. Por un lado el sexo que se es, por otro el que se tiene y por último el que se hace. Si digo que mi sexo es femenino, me refiero al primero de los “sexos” que he citado, si digo que Pedro tiene un sexo grande, me refiero al segundo y por último, si digo que una persona ha tenido sexo esta noche, me refiero al último. Con cierta frecuencia, la única forma de saber de qué sexo estoy hablando es el contexto en el que lo menciono.

Ser una Sexóloga en Granada es una profesión muy enriquecedora. Por eso hay que dejar claro que la sexología es la ciencia que estudia el sexo. El sexo que se es. Lo corta, lo desmenuza y lo estudia, para entenderlo, no para juzgarlo, no para mudarlo a lo que “debería ser”. En sexología se estudia:

- La sexualidad, es decir, la particular manera que cada persona tiene de vivir su sexo (hombre o bien mujer).

- La sexuación, es decir, el proceso que dura toda la vida y que va construyendo esa mujer o bien ese hombre que somos en todos y cada momento.

- La erótica, los deseos que se generan por el hecho de ser seres sexuados.

- La amatoria, cómo hacemos esos deseos en la vida real.

- La procreación, como el deseo de tener hijos o no y, todavía más allá, como las posibilidades de sinergia que se dan entre los proyectos de los sexos que conforman la pareja.

- La pareja, la manera más usual utilizada por las personas, como seres sexuados, para organizar sus vidas entre ellos.

Todos ellos vistos desde los modos femenino y masculino, los matices heterosexual y homosexual y las peculiaridades de cada cual. Y por supuesto, con sus dificultades, cuando aparecen, si es que aparecen, y, desde entonces, no partiendo de ellas.

La sexología se centra en el sexo, esto es estudia a las mujeres y los hombres, las diferencias que hay entre los unos y los otros, qué hace que una mujer sea una mujer o un hombre, un hombre, cómo administran los unos y los otros la experiencias que tienen, los placeres, de qué forma ligan, cómo se aproximan el uno al otro, de qué forma se hallan y de qué forma son esos encuentros. Todo eso es sexo y es apasionante.

Bien mirado, no semeja políticamente correcto hablar de la diferencia cuando ahora todos debemos ser iguales. No obstante quiero estudiar la diferencia -me agrada la diferencia- y deseo que no desaparezca. Esto es fácil porque, por muchos ministerios que nos queramos inventar, un hombre será un hombre y una mujer será una mujer. Lo que sí sería deseable es la igualdad de derechos, la igualdad de ocasiones, la igualdad en el momento de medir el trabajo de las unas y los otros, la igualdad de sueldos en igualdad de condiciones. Son frases que, aunque menos sonoras que “la igualdad” a secas, son mucho más claras. Y es que a fuerza de propugnar “la igualdad”, la estamos imponiendo en circunstancias y aspectos en los que es imposible.


Sobre esta noticia

Autor:
Paquigonzalez45 (5 noticias)
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4111
Tipo:
Reportaje
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